Redacción - 20 de noviembre de 2017
El pasado 4 de noviembre, la organización del programa Gran Hermano (Telecinco) expulsó a uno de sus concursantes, José María, por un supuesto “comportamiento intolerable”, para más tarde declarar que los hechos habían sido puestos en manos de la Guardia Civil.
Durante unos días, la cadena no esclareció nada al respecto, pidiendo “respeto a los afectados”. La supuesta víctima, Carlota, también salió de la casa, pero tras decidir no presentar cargos, se reincorporó a la normalidad del programa.
En la gala del pasado jueves, y tras haber pedido respeto, Jorge Javier Vázquez comenzó el programa mostrando las declaraciones de Carlota sobre el tema e imágenes dispersas de conversaciones de dicha concursante con sus compañeros. Todo esto, mientras le preguntaban por su opinión a la madre de la afectada, presente en el plató.
Telecinco publicó un mensaje en su perfil oficial de Twitter en el que explicaba que habían puesto una denuncia ante la Guardia Civil tras apreciar una posible relación sexual no consentida en la casa.
Comunicado oficial: pic.twitter.com/U6NlYXxQ2j
— Gran Hermano (@ghoficial) November 7, 2017
"¿Dónde están las pruebas de lo que denunció el director de Contenidos de la productora? ¿Sólo lo vio él? ¿Sólo lo vieron los que estaban detrás de las cámaras (si es que vieron algo)? ¿Por qué esperaron hasta las 17.00 horas del día siguiente a los hechos para echar de la casa a José María e invitar a Carlota a que se marchara para "reflexionar"? Aquí huele a muerto", comenta la periodista Esther Mucientes en El Mundo.
Mucientes define un escenario desalentador: teniendo en cuenta que la denuncia se presentó por una persona que no era imparcial, un sábado de madrugada, y que la víctima no ha confirmado ni denunciado esta situación, todo parece señalar a que la denuncia no seguirá adelante y que los agentes no investigarán el caso.
El programa del Jueves tuvo 1,7 millones de espectadores, mejorando casi un 2% su audiencia respecto a la gala anterior.
Digital Sevilla