28 de marzo de 2024
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La crisis económica que no se va

La crisis económica que no se va

Redacción - 2 de enero de 2018

Desde el inicio de la crisis en 2008, la población en riesgo de pobreza o de exclusión social ha sufrido un notable aumento, llegando hasta un 28,6 % del total, casi cinco puntos más desde que se considera que la crisis empezó.

Una tendencia que tiende a aumentar a pesar de los datos paradójicos que presenta el gobierno de final de la crisis y que a todas luces nada tiene que ver con la realidad de la calle.

Con datos de 2016, la población de españoles que se encontraban en esta situación, al límite de la pobreza, era nada más y nada menos que de 13,18 millones de conciudadanos, desmarcándose nuestro país como aquel, dentro de la comunidad europea, donde se ha dado un mayor aumento de la pobreza y de la diferencia de clases, solo superado por Grecia y Chipre.

Cifras que marcan la notable diferencia que nos aleja todavía más de la media europea, ya que la media de los países que pertenecen a la comunidad europea ya ha logrado volver a niveles de precrisis.

Un gobierno demasiado pendiente de sus asuntos internos se ve incapacitado para dirigir un país anclado en un modelo preconstitucional, que no alcanza a comprender los retos energéticos, sociales y culturales que una sociedad moderna necesita, de tal modo que queda exclusivamente en manos de los propios ciudadanos la búsqueda de alternativas para la salida de la crisis y la recuperación económica.

Y es que, a los problemas de incapacidad de nuestros dirigentes, se le une la ambición del sector bancario que ha cerrado el grifo de la financiación a la mayoría de autónomos y familias, cerrando un círculo que empeora la situación de aquellos que necesitan de un recurso económico para sobrevivir mes a mes.

Agencias de microcréditos, tabla de náufrago y barco de recreo

Afortunadamente, como decimos, somos los propios ciudadanos los que debemos encontrar salidas a estos problemas, y los encontramos con la ayuda de las agencias de microcréditos y préstamos personales, como los que se ofrecen a través de la web creditocajero.es. Con uno de estos microcréditos, podremos hacer frente a cualquier imprevisto que se nos presente durante el mes, pues se gestionan rápidamente y los recibes en el mismo día.

Otra de las soluciones financieras que están teniendo éxito entre las familias es la reunificación de deuda, un sistema que no está al alcance de todos, pues en este caso debemos tener nómina y un crédito hipotecario ya aprobado, pero que, sin lugar a dudas, representa un gran alivio para la sobrecarga de préstamos en el mes a mes.

En todos los casos que tratemos con la banca tradicional, pedir préstamos sin nómina es imposible, es por esto que existen las agencias de préstamos sin nómina, otra alternativa más para conseguir dinero para abastecer de lo necesario a las familias. Si quieres acceder a préstamos personales, pero careces de cualquiera de las exigencias que piden las instituciones financieras tradicionales, entra en la web a la que se redirecciona en este párrafo y recibe ayuda e información sobre cómo conseguir préstamos a medida, aún sin nómina ni aval.

Pedir un microcrédito o un préstamo sin aval ni nómina no tiene por qué ser exclusividad de familias con problemas económicos o que pasen por una situación temporal que se les haya ido de las manos. También, y no son pocos los casos, es de gran utilidad para aquellos que se plantean unas buenas vacaciones, o que quieren permitirse un capricho. Como estas agencias no piden explicaciones para ofrecer crédito, no hay problema para utilizarlo o invertirlo donde más nos apetezca.

 

Las familias, las más perjudicadas

Pero sin dudarlo son las familias necesitadas y que se encuentran con las puertas de los bancos cerradas las que más recurren a este tipo de financiación.

Y es que, en el caso de las familias españolas, algo más de un 46 % de los hogares tiene serios problemas para pagar los servicios mínimos indispensables, como luz, gas y agua y algo de alimentación para el frigorífico, un crecimiento del 33% si tenemos en cuenta que hace tan solo cinco años este porcentaje se reducía a tan solo el 13 %.

Estos datos son bastante clarificadores para entender que hasta un 20 % de estas familias se retrasen de forma habitual en el pago de sus hipotecas. Ante esto, a las entidades bancarias solo se les ocurre incrementar el mal momento por el que pasan con penalizaciones económicas, aumentando aún más el pozo oscuro de la precariedad.

Y esto no solo les ocurre a las familias numerosas o con grandes cargas, incluso aquellas familias que cuentan con dos sueldos reconocen un problema de economía durante el mes, también aquellas parejas sin hijos y sobre todo los pensionistas que se ven lastrados por la situación de sus propios familiares.

El desempleo y las masivas reducciones salariales producen que el descontento sea generalizado, que muy pocos puedan disfrutar de sus sueldos y realizar viajes o compras como antes del 2008.