12 de enero de 2018
Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han tratado de interpretar los sueños. La primera cita que nos llega de ello la contiene la Biblia, pero todas las culturas antiguas dieron una gran importancia al mundo simbólico de los sueños.
La ciencia, en tanto, se muestra implacable al afirmar que los sueños simplemente responden a la actividad neuronal dormida y no son más que eso. Ningún estudio ha podido avalar que los significados de los sueños tengan un valor más allá de las sensaciones que puedan dejar en la persona que los vive, ni que estos sueños contengan señales a interpretar o designios escondidos y, sin embargo, la práctica de la interpretación se extiende hasta nuestros días.
Psicología y filosofía nos dan algunas claves al respecto
El psicólogo vienés Sigmund Freud, el inventor del psicoanálisis, entendió que los sueños no son otra cosa que el lenguaje del inconsciente y así lo divulgó, lo que ha hecho que sus miles de alumnos, los psicoanalistas, los usen en psicología clínica para desentrañar actitudes y comportamientos de sus pacientes.
De hecho, la obra La interpretación de los sueños, de Freud, sigue siendo una obra capital de la psicología, en la que queda constancia de las sentencias del padre del psicoanálisis, que da claves para su interpretación, partiendo de la base que los sueños son a menudo deseos reprimidos que no encuentran otra vía de manifestarse, un camino para adentrarse en el inconsciente de las personas que además de sus experiencias propias también cargan con las enseñanzas del inconsciente colectivo.
Freud, al igual que luego lo hizo Jung, trataron de dar un toque más racional a un hecho que en principio no lo es. Jung, que comenzó siendo un discípulo de Freud, fue el que más ahondó en la interpretación de los sueños tras romper la alianza con su maestro hasta designar que no eran otra cosa que autorretratos de las situaciones que se están viviendo interpretadas a través de los símbolos.
Existen técnicas para aprender a desvelar el mensaje oculto de los sueños
Por otro lado está la oniromancia, que es como se llama la técnica que se encarga de interpretar los sueños en base a una serie de constantes, para cuyos expertos los sueños se pueden interpretar en función de lo soñado.
Para estos los sueños pueden albergar también señales y hasta premoniciones, algo que parece ser que le pasó al mismísimo Napoleón Bonaparte pocos días antes de la batalla de Waterloo y no solo una vez si no dos, ya que Bonaparte soñó dos noches con un gato negro, un signo premonitorio de derrota, la misma que sufrió el emperador en el campo de batalla.
El debate está servido y se establece entre los escépticos y los que no lo son, incluso existen técnicas para aprender a desvelar el mensaje oculto de los sueños, que también brinda la oniromancia para aquellos que quieran dotar de contenido lo que les pasa por la cabeza cuando están durmiendo.
El hecho de que soñar con ciertas cosas sea siempre sinónimo de algo no debe desesperar a nadie, porque parece que tampoco nadie se pone totalmente de acuerdo en cuanto a los significados y que cada sueño contiene detalles que lo hacen especial y por ello interpretable de distintos modos.
Desde la implantación de Internet, en la red se pueden encontrar portales en los que poder descifrar los aspectos más generales de lo que significa soñar con un ex o soñar con volar, entre otras muchas cosas y no deja de ser curioso que en un mundo en el que impera la acción estas páginas sean tan visitadas.