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Los traductores automáticos no sirven para todo

Los traductores automáticos no sirven para todo

Miguel Ángel Olimpo - 16 de enero de 2018

Si navegas por Internet, es probable que alguna vez te hayas encontrado en una página escrita en otro idioma. Normalmente suele ser en inglés, aunque hay cientos de otras lenguas en las que se pueden encontrar. Quizás hayas sentido Curiosidad por tratar de comprender lo que se decía, y con tus pocos conocimientos has empezado a leer. Pero cuando alguna palabra no te resultaba familiar, has terminado por recurrir a una de las herramientas más habituales en estos casos. El traductor automático.

¿Cuándo es adecuado el uso de un traductor automático?

Si tienes un trabajo en el que a veces necesitas utilizar recursos en otro idioma, o cuando estás buscando algo y sabes que en tu lengua materna la información es limitada, lo normal es acudir a fuentes extranjeras. También es cada vez más habitual que necesites comunicarte en otro idioma en alguna ocasión.

Incluso si tienes cierto conocimiento acerca de la otra lengua, es probable que haya palabras que, bien por falta de uso o por otro motivo, no sepas lo que significa o cómo se dice. En estos casos es bastante habitual hacer uso de lo que nos ofrece la tecnología.

Además, algunas veces es necesario traducir algo deprisa y no tenemos cerca a alguien que nos sirva de traductor. También en este caso se puede usar un traductor automático.

Límites de estos traductores

Sin embargo, y a pesar de que los avances en la materia cada vez son más evidentes, hay situaciones en las que una herramienta de este tipo no es la adecuada. Existen una serie de limitaciones que hacen que haga falta algo más que una máquina para decirnos lo que quiere decir algo.

Por ejemplo, y teniendo en cuenta el inglés, que es el idioma en el que es más probable que necesitemos la traducción, un párrafo completo no siempre tiene sentido cuando se traduce de este modo. Al recurrir a una base de datos para hacer la traducción, no se tienen en cuenta factores que hacen que una palabra o expresión en realidad signifique otra cosa. También hay problemas con el contexto o la jerga.

El problema surge cuando alguien no distingue entre la traducción rápida de un robot y un servicio de traducción. Hay quien piensa que da igual, y que se pueden apañar solamente con el primero. Pero si lo que está buscando es traducir textos de forma profesional, no puede limitarse únicamente a esto.

Situaciones en las que es imprescindible un servicio profesional de traducción

Más allá de si necesitamos saber cuál es el significado de una palabra o una frase, hay una serie de situaciones en las que es obligatorio recurrir a un profesional humano. De hecho, hay normas claras al respecto, en las que no se acepta nada que no sean traducciones profesionales. Todo aquello que tenga carácter legal no se puede traducir de otro modo que no sea mediante un traductor certificado. Bueno, traducir sí se puede, pero no tendrá validez cuando lo quieras presentar. Si tienes que tramitar documentación en la que haya algo escrito en otro idioma, te hará falta contar con un traductor humano que certifique la veracidad de la traducción.

También es importante que la traducción sea fiable cuando se trate de algo en lo que está envuelto un negocio o tu reputación. Si recurres a un traductor automático y, por ejemplo, en una palabra falta un acento, puede que te encuentres con una sorpresa. Y lo más suave que puede ocurrir es que todo el mundo se ría.