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¿Nódulos en las axilas? Podría tratarse de Hidrosadenitis Supurativa

¿Nódulos en las axilas? Podría tratarse de Hidrosadenitis Supurativa

Redacción - 23 de enero de 2018

La hidradenitis supurativa, también conocida como hidrosadenitis supurativa, es una enfermedad de la piel crónica, inflamatoria y recurrente que se caracteriza por tener áreas inflamadas localizadas alrededor de las axilas, las ingles y en la zona anogenital.

Estas zonas inflamadas suelen incluir lesiones en forma de nódulos, abscesos y fístulas.

Aparecen normalmente en lugares del cuerpo que albergan glándulas apocrinas, así como debajo de las mamas, en las nalgas y en la cara interna de los muslos, donde roza la piel.

Se estima que el 1% de la población sufre la enfermedad, lo que equivale a medio millón de personas en toda España. No obstante, según el portal hidrosadenitis.es, una página especializada en la detección de esta patología, cerca del 85% de los españoles afirma no conocerla.

Llamada también verneuil, golondrinos o acné a la inversa, la hidrosadenitis supurativa suele aparecer en adultos jóvenes, mientras que su prevalencia es menor tras los 50-55 años. Los informes médicos señalan que las mujeres son más propensas que los hombres a padecer la enfermedad.

Evolución de la lesión

Cuando uno o varios abscesos se han formado, suelen curarse dejando una cicatriz en el área afectada. De hecho, en un mismo paciente pueden encontrarse varias lesiones con distintos tipos de evolución.

Un alto porcentaje de pacientes pueden sentirse incómodos a la hora de consultar con un especialista sobre la aparición de los bultos. Es por ello que muchas personas padecen la hidrosadenitis, pero no les ha sido diagnosticada.

Por este y otros motivos, los especialistas de la página web han preparado un test de la hidrosadenitis para que la persona pueda saber si padece alguno de los síntomas de la enfermedad.

“Es muy importante que el paciente acuda al médico con toda la información posible. El cuestionario ayudará a guiar la conversación con el especialista. Solo el doctor está capacitado para ofrecer un diagnóstico”, explican los expertos en el sitio web.

En el cuestionario, la persona debe indicar en qué zona del cuerpo ha aparecido la lesión y responder preguntas sobre si ha tenido bultos, forúnculos o abscesos en los últimos 6 meses. Además, se solicita la edad, el sexo del paciente y cuándo fue la primera vez que se presentaron los síntomas.

El test de seguimiento ha sido elaborado por el doctor Gregor Jemec del servicio de dermatología del Hospital Roskilde. El tratamiento de la patología dependerá de lo avanzada que se encuentre la enfermedad.

Otra consecuencia de la aparición de lesiones sucesivas es que podrían quedar en la piel huellas permanentes, puntos negros, grietas y cicatrices hipertróficas.

Los investigadores afirman que la hidradenitis puede estar asociada a otras enfermedades, como la de Chron, Basedow o a una forma más grave de acné.

Origen de la enfermedad

La causa de la hidrosadenitis se debe a que las glándulas responsables de la transpiración (sudoríparas) quedan obstruidas por las células muertas o líquidos que se mezclan con el sebo. Las bacterias que quedan en el lugar generan la infección.

Aunque el origen de este bloqueo no está totalmente esclarecido, se consideran algunos factores de riesgo: antecedentes familiares, la genética de cada persona, las hormonas, la obesidad y el tabaco. Es importante puntualizar que la enfermedad no es contagiosa ni se transmite al tener relaciones sexuales.

La evolución de la hidradenitis ocurre de la siguiente forma: comienza con la formación de los nódulos y abscesos sin presentar extensión subcutánea. Después, el absceso persiste y se genera una formación de fístulas con cicatrización hipertrófica. La fase más grave es cuando se produce una interconexión de los abscesos y las fístulas.

El tratamiento contra la enfermedad no es curativo, solo busca controlar los síntomas y limitar la propagación de las infecciones. El diagnóstico de la enfermedad suele llegar de forma tardía tras años de evolución, lo que hace más cuesta arriba su tratamiento.

Es decir, dependiendo del estado del paciente, puede ser aplicado un tipo de tratamiento más fuerte que otro. El médico está capacitado para recetar diversos medicamentos para tratar la infección, como antibióticos vía oral, durante un prolongado período de tiempo.

En este punto, también pueden ser suministradas medicinas del tipo inmunosupresores, retinoides o los corticoesteroides para minimizar la enfermedad.

En los casos de lesiones profundas puede considerarse la posibilidad de realizar una intervención quirúrgica. Para este procedimiento se pueden aplicar varias técnicas, que incluyen la extirpación local de los abscesos, la escisión quirúrgica amplia o la exteriorización de los abscesos al aire.

Cada persona debe estar atenta después de la operación, ya que existe el riesgo de que vuelvan a aparecer los bultos debajo de la piel. La recomendación de los especialistas es buscar ayuda médica para realizar un diagnóstico oportuno y aplicar un tratamiento efectivo.