16 de mayo de 2018
Si tenemos necesidad de financiación podemos encontrar algunos recursos que nos resultarán muy prácticos, aunque se pueden resumir a tres:
Financiación particular: La que nos pueden ofrecer nuestros amigos, familiares o conocidos.
Financiación bancaria: La que nos proponen las entidades bancarias.
Financiación en entidades de créditos rápidos: Dinero rápido pensado como último recurso para hacer frente a imprevistos (Sigue al enlace para conocer más sobre estas entidades).
Independientemente de la opción que hayas elegido, es interesante que conozcas algunos términos financieros, más que nada para evitar que te engañen.
Capital: Con el término del capital nos referimos a la cantidad económica que nos van a prestar. Un error muy habitual es pensar que el capital es la cantidad que vamos a tener que devolver, pero no es así. A esta cantidad habrá que añadir los intereses y comisiones que se habrán firmado en el contrato.
Comisiones: Las comisiones son las ganancias de la entidad, lo que nos van a cobrar por hacer determinadas gestiones. Las más habituales son las que vamos a ver en los siguientes puntos.
Comisiones de apertura: Son comisiones que derivan de la apertura del crédito y de la entrega del capital al cliente.
Comisiones de estudio: Este tipo de comisión responde a las gestiones que hará la entidad para determinar que, efectivamente, es viable conceder el dinero al cliente.
Comisiones de modificación de condiciones: Cuando firmamos el contrato hay unas ciertas condiciones establecidas que hay que tener muy en cuenta. En el caso de que se produzca alguna modificación en las mismas es posible que la entidad pueda cobrarnos comisiones por ello.
Comisiones por cancelación anticipada: A los bancos y entidades de créditos rápidos les interesa ganar dinero por las comisiones; si pagamos lo que debemos de golpe es muy probable que pierdan dinero. Por ello, en muchos contratos se incluyen cláusulas que se aplican si cancelamos el crédito de manera anticipada.
Plazo de amortización: Es un periodo de tiempo en el que la deuda debe de haber quedado satisfecha; es decir, en el que se cumplirán con las cuotas pactadas. Si se acaba el plazo y hemos cumplido con el trato, la entidad podría tomar medidas.
Cuotas: Indican la cantidad de dinero que vamos a pagar en un determinado espacio de tiempo.
Aval: Es una persona o propiedad que tendrá la responsabilidad de devolver el préstamo en el caso de que se produzca una situación de impago.
Día hábil: Un día hábil es un “día laborable”, no festivo. Conviene tenerlo muy claro a la hora de calcular las cuotas, para no llevarnos ninguna sorpresa desagradable.
T.A.E (Tasa Anual Equivalente): Es un % que nos indica cuando va costar el préstamo. Se utiliza para comparar 2 préstamos en el mismo plazo, paro con diferentes comisiones y tipos de interés.
T.I.N (Tipo de Interés Nominal): Indica lo que nos cobra la entidad por dejarnos el dinero.
Teniendo claro estos términos no nos van a engañar.