10 de agosto de 2018
Los recursos del planeta son limitados, aunque muchos se comporten como si no lo fueran. Las cifras hablan por sí solas: de los más de noventa billones de toneladas de recursos naturales que utiliza la economía global, tan solo el ocho por ciento son reutilizados. Todos estos recursos suponen millones y millones de dólares para la economía mundial. Sin embargo, este sistema de no reutilización no es sostenible.
El número de habitantes en la Tierra aumenta año tras año. Esto unido a la demanda cada vez mayor de agua, así como de energía, agricultura e industria, puede provocar la escasez mundial en cuestión de unas décadas. Un grave problema que empeorará con los efectos del cambio climático, los cuales causarán inundaciones devastadoras, sequías severas y escasez de agua en muchos puntos del planeta.
La economía circular se presenta como una gran solución ante estos problemas, ya que además de contribuir en la lucha contra el cambio climático, también puede proporcionar grandes beneficios económicos. Es más, los sectores de la construcción, la automoción, la alimentación y el equipamiento eléctrico y electrónico cuentan con el potencial suficiente para disminuir las emisiones contaminantes en más del sesenta por ciento utilizando técnicas de economía circular.
En este sentido, resulta totalmente imprescindible gestionar eficientemente los recursos hídricos. Para conseguirlo, una gran solución es el tratamiento de aguas residuales con el fin de proporcionar un suministro alternativo eficaz. De hecho, en la actualidad existen empresas que se dedican tanto al diseño como a la construcción de sistemas destinados al tratamiento y reciclaje de aguas industriales y civiles. Un ejemplo de ello es Waterenergy.it, una empresa que opera a nivel nacional e internacional.
Uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es incrementar los índices de tratamiento de aguas residuales en un cincuenta por ciento como mínimo para el año 2030, y a partir de entonces conseguir que esas tasas de reciclaje aumenten de manera significativa. Por lo tanto, se puede comprobar como el agua es fundamental para que la economía circular funcione adecuadamente.
El setenta por ciento del consumo mundial de agua va destinado a la agricultura. Algunos datos revelan que para cubrir las necesidades alimentarias de la población mundial en el año 2050, la demanda de agua aumentará en más de un cincuenta por ciento.
Gracias a la economía circular se podría reducir hasta un setenta por ciento del gasto de agua en el sector de la agricultura. Para lograrlo se deben evitar las pérdidas durante el transporte, disminuir el desperdicio de alimentos y aplicar técnicas de riego de precisión.
En definitiva, reutilizar el agua residual, una vez tratada de la manera adecuada, se convierte en una gran oportunidad para crear fuentes sostenibles de energía y agua, incrementando de este modo su productividad. Además, también supone una importante fuente de ingresos y empleo.