6 de septiembre de 2018
Susana Díaz, la jefa del ejecutivo andaluz y de la organización PSOE-A, está decidiendo entre dos fechas para la convocatoria de las elecciones andaluzas, el 25 de noviembre o el 2 de diciembre ya que el decreto de convocatoria debe firmarlo en octubre.
Tras su negativa a cumplir el pacto de investidura en materia de regeneración democrática, lucha contra el enchufismo y la corrupción, el control de los entes públicos como la Cámara de Cuentas o la RTVA, Ciudadanos, que no se había dado cuenta en tres años y medios de que les estaban engañando, afirma que ahora sí se han dado cuenta y ha decidido no apoyar a la señora Díaz.
Parece como si ambos partidos tuvieran prisas en ir a las elecciones tras las primarias del PP y la inminencia de la sentencia de los ERE o el levantamiento de parte del sumario de la fundación del pago de 15.000 euros en puticlub.
Las buenas relaciones y la fidelidad que ha mantenido Ciudadanos durante toda la legislatura a pesar del incumplimiento flagrante del pacto sostenido en el tiempo de la señora Díaz parece haberse roto y nos obligan a los andaluces a votar antes de tiempo.
Albert Rivera, quien decide realmente lo que hace en Andalucía su representante Juan Marín, ha declarado a viva voz en Córdoba:
"Si Susana Díaz y el PSOE dicen que van llevar acabo la reforma de la ley electoral, la supresión de aforamientos y las redes clientelares no hay debate; se acabará la legislatura. (…) Pero si van a mirar hacia otro lado, no contarán con nosotros".
La organización PSOE-A no piensa reformar la ley electoral, ni quitar los aforamientos, ni reformar la RTVA o el control del principal órgano fiscalizador de Andalucía, la Cámara de Cuentas, y tampoco lo de los cargos elegidos a dedo en la administración. Sigue incumpliendo el pacto desde hace más de tres años y medio, lo que cambia es que Ciudadanos dice haberse dado cuenta de que lo engañaban.
La señora Díaz ya acusó de repente a IU Andalucía de inestabilidad y convocó elecciones en la anterior legislatura. Ahora es otro método para llevarnos a votar de forma anticipada pero el fin electoral, el propio interés partidista de ambas formaciones, parece estar por encima de todo.