Redacción - 11 de septiembre de 2018
Los investigadores del fraude multimillonario y masivo de los ERE atribuyen a los miembros del clan de la Dirección General de Trabajo de la Junta los delitos de usurpación de funciones públicas, prevaricación y colaboración necesaria en la malversación.
Según detalla ABC, la Guardia Civil afirma que este clan es la pieza que termina el sistema diseñado por la organización PSOE-A para repartir dinero público a dedo.
La Junta enchufó un grupo de “falsos funcionarios” formado por familiares y afines para que tramitaran las ayudas gestionando los expedientes de los ERE. Estos enchufados con carne del PSOE-A eran claves a la hora de repartir millones de todos los andaluces a unos pocos evitando el control de los fedatarios públicos y dando una apariencia de legalidad con sus firmas.
Todo el tinglado se destapó cuando una testigo tiró de la manta. María José Rofa detalló como se creó este grupo especial de “técnicos” a los que se les dio poderes de fiscalización convirtiendo a la Junta y el partido en un solo ente.
Los investigadores de la UCO afirman que para este fin se creó la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo, la Faffe, la fundación del pago en el puticlub, los cientos de enchufados y los miles de millones a dedo entre otros muchos escándalos.
También estaba en el ajo la empresa externa Umax que junto a la Faffe recibían órdenes para contratar a determinados sujetos y desde ahí pasaban a la Junta para supuestamente fiscalizar el chiringuito.
Este equipo de al menos ‘13 magníficos’ eran los encargados de hacer la vista gorda de la pasta que movía la Junta sin convocatoria pública dando el dinero de todos los andaluces a clanes familiares y otros amigos, militantes todos de la organización PSOE-A. Los enchufados tenían la orden de justificar lo injustificable y cobraban mucho por ello.
De esta forma los dueños de la Junta, como en la Edad Media, manejaban las vidas de los andaluces a su antojo, pudiendo cambiar su estatus social si pertenecían a determinado clan o bandera, con el consiguiente carné y creando un grupo ejecutor que cumplía las órdenes que recibían desde arriba.