2 de octubre de 2018
La sexualidad continúa siendo un tema tabú para muchas personas. Buena parte de la sociedad sigue sin atreverse a hablar sobre sus relaciones más íntimas y a explorar su propio cuerpo.
No obstante, esta dinámica está cambiando, si bien todavía queda mucho por avanzar. Cualquier tabú debe ser combatido con fuerza pues lo único que hace es impedir a los seres humanos mostrarse abiertos a nuevas experiencias.
En el caso de la sexualidad es incluso peligroso pues está demostrado que esta actividad es muy beneficiosa para la salud y para el desarrollo emocional de cualquier persona.
En el camino abierto hacia el desarrollo pleno de la sexualidad ha ocupado un papel importante el tema de los masajes eróticos, una forma diferente de mejorar la salud y descubrir la propia sexualidad. Conocidos por todos los aspectos positivos para la salud de la masoterapia, a continuación os mostramos algunas de las técnicas más habituales para realizar masajes eróticos.
A menudo los sexólogos insisten en el sexo como experiencia completa, que abarque no solo el acto sexual, sino también un conjunto de sensaciones y experiencias previas que han de comenzar con los preliminares.
Cualquier experiencia puede ir encaminada a tener relaciones íntimas placenteras y plenamente satisfactorias: desde cenas, baños relajantes, fragancias y aromas, música relajante...
Ahí entra, como no, el masaje erótico, una de las mejores alternativas para incrementar la pasión y mejorar la vida sexual en pareja, pero no solo eso, sino también la propia sexualidad y el conocimiento de nuestro cuerpo.
Por esta razón, os ofrecemos algunas claves para mejorar en esta práctica, la de los masajes eróticos.
Estas técnicas, puestas en práctica en cualquier disciplina de masoterapia, son muy útiles para potenciar la estimulación. Son utilizadas en todas las variantes de los masajes eróticos y consisten básicamente en levantar, apretar y enrollar la piel entre el pulgar y los dedos de una mano y deslizar la mano hacia la otra.
Dependiendo del tipo de masaje, habrá que aplicar más o menos intensidad. Así, si queremos más relajación, debemos amasar de manera más lenta y profunda; en cambio, si lo que buscamos es más intensidad, los movimientos deben realizarse a mayor velocidad.
Con esta práctica, lo que se estimulan no son precisamente las áreas más erógenas, sino otras partes del cuerpo que generalmente no se consideran muy erotizables, como la espalda, los hombros, las palmas de las manos, los pies, y, ésta sí, los pechos.
Los masajes ondulatorios consisten en cerrar las manos hasta formar un puño. Con varios dedos se presiona la piel y se hacen pequeños movimientos circulares, abriendo y cerrando los dedos pero manteniendo la presión con las manos cerradas como si fueran puños.
Ventosas
Una tercera técnica para realizar masajes eróticos es aplicar ventosas. Consiste en hacer efecto ventosa sobre el cuerpo, pero utilizando para ello las manos. La técnica es fácil, debemos dar golpes suaves sobre el cuerpo alternando las manos, con los pulgares hacia dentro y los dedos juntos.
Estos movimientos, aplicados de manera rápida y ligera, estimulan y refrescan la piel. Para una mayor estimulación, es posible hacer estos mismos movimientos con una ventosa, pero con cuidado de no provocar daños sobre la piel.
Esta última práctica es también aconsejable sobre zonas del cuerpo más musculosas. Nuevamente debemos cerrar los puños y entonces, golpear de manera ligera la piel, sin violencia pero con decisión, alternando en alverso y el reverso del puño.
Por su capacidad estimulatoria, esta técnica es mejor dejarla para la etapa final del masaje, pues es muy excitante, y una de las ideas del masaje erótico es ir aumentando las sensaciones para que sirva como anticipo al acto sexual. Todas estas técnicas pueden ser puestas en práctica en las diferentes variantes de masajes eróticos, si bien es importante que exista una buena conexión entre todos los que participan en el masaje.
Los masajes tántricos como culmen de los masajes eróticos
Aunque existen muchas variantes de masajes eróticos, la que está considerada como más completa y estimulante es la de los masajes tántricos.
Con este tipo de masajes no solo se estimula la parte física, sino que lo que se pretende es una conexión total entre la parte física y la parte mental. El Tantra es una filosofía oriental que hace uso de la sexualidad para hacer crecer a las personas tanto física como emocionalmente.
Son muchos los centros que ofrecen este tipo de tratamientos, pero en el caso de Gerard Ribo es especialista en el Masaje Tantra para mujeres en Barcelona. Muchas mujeres alcanzan la multiorgasmia con estos tratamientos y, para el género femenino, que está más penalizado en materia sexual, descubrir todos los secretos de la eyaculación femenina es siempre importante.
No solo en Madrid encontramos centros espacializados en masajes eróticos. En ArtMassage podemos encontrar masajistas tántricas en Madrid que tienen como objetivo estimular las pasiones más íntimas de sus clientes a través de un excepcional masaje sensitivo.
Este centro presta servicios de masajistas sensuales a domicilio, es decir, tenemos la posibilidad de una masaje erótico a hotel, mediante su opción outcall massage Madrid. Esto lo ha convertido en una de las opciones más demandadas en España en cuanto a masajes eróticos.
Su presencia no solo se limita a la capital, en la provincia de Málaga, concretamente en Marbella, cuentan con un centro donde ofrecen multitud de tratamientos, entre ellos masaje lingam para hombres. El masaje lingam es el masaje tántrico focalizado en el género masculino y con él se pueden tratar afecciones dolencias como la eyaculación precoz mediante un completo masaje prostático.
A diferencia de los masajes eróticos, donde únicamente se persigue la estimulación, el masaje tántrico es un concepto mucho más profundo, que pretende alcanzar este objetivo, la estimulación sexual, pero también el bienestar personal y la conexión profunda con esa otra persona.
En la filosofía tántrica, el éxtasis del placer no es el objetivo en sí, sino que es el medio a través del cual el ser humano se puede liberar y alcanzar la plenitud espiritual.