26 de abril de 2024
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Dejar de fumar ya no es misión imposible

Dejar de fumar ya no es misión imposible

Redacción - 12 de noviembre de 2018

Fumar ya no está de moda. De hecho, hace años que no lo está, al menos si hablamos de cigarrillos convencionales. La gente cada vez está más concienciada con la importancia de la salud pública y privada. Por eso, han surgido otro tipo de alternativas para dejar o sustituir el hábito.

Elige la opción que mejor se adapte a ti y rompe para siempre con el tabaco.

Desde pequeñito has venido escuchando que fumar es malo, peor que eso, es terrible. Te lo han dicho en la escuela, en casa y en todas partes. Pero sin saber bien cómo, al pasar la etapa de la adolescencia, quizás por rebeldía, quizás por curiosidad hacia lo prohibido, te enganchaste.

¿Es tu historia? Aunque tú nunca hayas caído en las garras del tabaco, es muy probable que alguien de tu familia, tus amigos o tu pareja hayan vivido esta situación y les quieras ayudar. Igual solamente pretendes ayudarte a ti mismo, y eso también es genial. Lo importante es empezar.

Y también es lo más difícil. Cuando adquirimos un hábito que hemos mantenido durante meses, o años, es tremendamente costoso abandonarlo. No solamente se trata de la dependencia física que podamos tener hacia una sustancia en concreto, en este caso la nicotina.
Además, nuestra mente ha creado toda una red de asociaciones emocionales vinculadas a la mala costumbre. Por ejemplo, las personas fumadoras suelen relacionar inmediatamente el cigarrillo a ciertas circunstancias. Tomar un café, el descanso del trabajo, después de comer, salir de fiesta...

Probablemente de forma inconsciente fuman cada vez que algo les preocupa, tienen ansiedad, antes de dormir, tomando una caña, y así un infinito etcétera. La cuestión es que las excusas nunca se acaban, todo está relacionado con el cigarro. Y lo peor es que probablemente no se dan cuenta.
El primer paso para dejar de fumar es hacerse consciente de que todos esos momentos rutinarios y completamente comunes nos llevan a repetir el hábito una y otra vez. Identificar esas situaciones nos ayudará a poder cortar en algún momento esa conexión tan potente entre acción y reacción.

Darnos cuenta de en qué lugar y de qué manera nos apetece fumar, aislar ese instante, analizar la circunstancia con detenimiento y elegir diferente. Es decir, quitar el piloto automático que nos lleva a echar mano a la cajetilla sin ni siquiera tener la percepción de haberlo decidido.

Es importante insistir en esta secuencia una y otra vez, muchas veces hasta que empiece a surtir efecto. No desanimarse por los fracasos y perseverar en los intentos. Poco a poco y con mucha fuerza de voluntad se pueden empezar a ver los resultados.

Poca gente consigue dejar el tabaco de la noche a la mañana. Lo más normal es que se vaya reduciendo la dosis hasta llegar con el paso del tiempo al consumo 0. Para apoyar este proceso existen diferentes métodos, todos pueden o no ser efectivos dependiendo del tipo de fumador que los ponga a prueba y de las necesidades y particularidades que este tenga. Así, nos encontramos con los métodos de reemplazo de la nicotina. Se basan en tratar de calmar el síndrome de abstinencia suministrando al organismo esta sustancia en cantidades controladas y a través de otros medios, como pueden ser parches, pastillas para chupar o chicles.

La cuestión es que, aunque se pueda eliminar el hábito de fumar, no sucede lo mismo con la dependencia a la nicotina. Se pude tratar de ir reduciendo la cantidad de producto hasta que se pueda dejar por completo. En cualquier caso, el tabaco, aparte de nicotina, contiene otros cientos de sustancias tóxicas y perjudiciales para la salud. Existen métodos sustitutivos del propio hábito, como el cigarrillo electrónico. Como comentan en el Diario de Tarragona, la venta de este tipo de dispositivos representa un negocio en auge. Lo cierto es que tiene diversas ventajas que hacen de él una alternativa a considerar por los fumadores.

Quienes usan el cigarrillo electrónico no fuman, vapean. Aunque los estudios no son concluyentes, parece ser que algunas instituciones médicas de renombre, como el Real Colegio de Médicos de Reino Unido, ha determinado que el vapor que emiten es un 95% menos tóxico que el humo de los cigarrillos convencionales. Una cifra en principio bastante significativa.
Además, existen otros métodos como la hipnosis, la acupuntura, la terapia magnética, la terapia de láser frío, las hierbas y suplementos o las prácticas de mente-cuerpo. Como ya comentábamos, su nivel de efectividad depende de muchos factores, el más importante es el propio sujeto fumador.

 

Si estás pensando en dejar de envenenarte, te animamos a hacerlo probando todas las técnicas y medios que tengas a tu alcance hasta dar con el más acertado para ti. ¿No te ves capaz tú solo? Pide ayuda, existen decenas de asociaciones e instituciones públicas y privadas contra el tabaco.