3 de enero de 2019
A medida que las personas van atravesando las distintas etapas de la vida en todo su proceso de crecimiento, también van acumulando cientos de experiencias y recuerdos que no siempre son agradables o satisfactorios, ya que en muchas ocasiones están relacionados con eventos difíciles como la pérdida de un ser querido, por ejemplo, llegando a causar algunos efectos o daños en su bienestar psicológico.
Todas las experiencias vividas a través de los años, sean buenas o malas, siempre van a repercutir sobre la forma en que se comportan los individuos en las diferentes facetas de su vida, como el trabajo, la familia o la pareja. Cuando son negativos en su mayoría, los efectos que pueden causar en la conducta varían por completo en cada caso. De allí que se generen adicciones, crisis nerviosas o problemas de ansiedad, entre otros.
El bienestar personal es una decisión propia. A pesar de que no siempre se alcanza por sí sola, existen alternativas terapéuticas que permiten esta consolidación. Algunas van de la mano de prácticas convencionales como las consultas con psicólogos y psiquiatras, que a través de diferentes técnicas y ejercicios ayudan a liberar todas estas emociones que se han ido reprimiendo con el tiempo.
También existen otras un poco más novedosas y no tan convencionales, como el EMDR o Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares, por sus siglas en español. Esta técnica innovadora está especialmente destinada a casos de estrés postraumático y aquí se busca minimizar los efectos de estos episodios bajo el ritmo propio de cada paciente.
La técnica de EMDR, solución a traumas, adicciones y estrés, está avalada por la Organización Mundial de la Salud por los efectos positivos y permanentes que permite alcanzar. A pesar de que se dio a conocer a finales de los años ochenta, en la actualidad son muchos quienes aún desconocen sus beneficios. Para empezar hay que establecer de qué va esta opción terapéutica.
Origen del EMDR
El EMDR fue presentado en 1987 por la psicóloga estadounidense Francine Saphiro, quien después de algunas prácticas notó que tras mover sus ojos de un lado al otro el malestar o comportamiento que experimentaba ante algunos sentimientos desagradables y negativos tendían a disminuir y en otros casos desaparecía.
Después de este descubrimiento, concretamente dos años más tarde, realizó una investigación con veteranos de la guerra de Vietnam y algunas víctimas de abuso sexual para determinar los alcances de la terapia. Tras unos meses de trabajo, los síntomas por estrés post traumático experimentados por estas personas se habían reducido a niveles mínimos.
Después de estas pruebas, la técnica fue aplicada a otros cuadros clínicos, entre los que destacaban pacientes con problemas de adicciones en las que habían caído por traumas de su pasado que nunca pudieron superar. Los resultados fueron satisfactorios en todos los casos.
Una vez que el paciente llega a la sesión, el especialista le realiza una especie de entrevista sobre su vida en general, pasando por diferentes etapas que incluye la niñez, la vida familiar, adulta y por supuesto el área laboral.
Él será el encargado de identificar el foco del trauma o el episodio que esté generando cambios en su conducta, ya sea que lo haya llevado a caer en adicciones o a tener actitudes violentas. Basado en este, se inicia el tratamiento, que busca la liberación del resentimiento que se fue generando alrededor del evento.
Cuando el paciente se conecta con este recuerdo, debe concentrarse en torno a todas las sensaciones que le produce, describiéndolas de forma gráfica al terapeuta. Éste será el encargado de que se produzca el movimiento en sus ojos de un lado al otro a través de la estimulación que puede ser auditiva, visual o táctil.
Este ejercicio tiene una duración de unos minutos. Una vez concluida la estimulación, el paciente debe relatar de forma detallada todo lo que ha venido a su mente durante este período, como sensaciones en el cuerpo, imágenes o si los llegó a relacionar con algunos sonidos. De este modo, su percepción negativa empezará a disminuir.
De acuerdo con el tipo de trauma o episodio, la duración del tratamiento varía. En cada sesión se repetirá el mismo proceso hasta que todos los conflictos desaparezcan de forma permanente, ya que el recuerdo se conecta y procesa de forma correcta.
Una de las ventajas que tiene el EMDR sobre otras técnicas, es que su efectividad está científicamente demostrada para la mayoría de problemas psicológicos y conductuales. Es muy importante que sea aplicada por profesionales que estén cualificados y cuenten con la experiencia necesaria. De lo contrario los resultados serían desfavorables y hasta contradictorios a lo que se busca.
Esta terapia está indicada en especial para casos de: