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¿Cómo preparar el cerebro para ganar la carrera contra la tecnología?

¿Cómo preparar el cerebro para ganar la carrera contra la tecnología?

Vicki Vera - 31 de enero de 2019

Las personas que forman parte de la población económicamente activa, o se integrarán a ésta en un período de aproximadamente diez años, se encuentran ante un desafío que, si bien se avizora desde hace tiempo, ha adquirido un ritmo inusual. Así lo afirma Néstor Braidot, especialista en neurociencias aplicadas al desarrollo de organizaciones y personas.

El también autor de publicaciones como el Manual de Entrenamiento Cerebral detalló en un trabajo publicado en 2013 por la Universidad de Oxford que se calcula que una cantidad importante de los empleos actuales cambiarán sustancialmente y otros desaparecerán.

En Estados Unidos se estima que un 47% de los trabajos actuales pueden ser computarizados en las próximas dos décadas (o menos). En otros, este porcentaje puede ser menor, particularmente en los menos desarrollados aunque ello no significa que debamos restarle importancia.

De igual manera, Braidot detalló que con el crecimiento exponencial de la robótica ya han sido sustituidos muchos puestos de trabajo. Es suficiente con observar lo que pasa en las empresas o estar atentos a los avances tecnológicos para concluir en que una gran cantidad de tareas que antes realizaba la gente han sido sustituidas por algoritmos. Es decir (y según su definición), “por un conjunto finito de operaciones sucesivas que permiten hacer un cálculo y encontrar la solución de un problema determinado”.

“Por ejemplo, entre lo más «viejo» de la industria textil hallamos que una máquina manejada por un especialista reemplaza a una gran cantidad de personas en la fábrica. Entre lo más «nuevo» se encuentran los algoritmos genéticos, que permiten agilizar los lotes de pedidos y organizar la entrega de los productos en forma mucho más rápida y eficaz”, añadió el autor.

En el ámbito de la salud, las máquinas tienen capacidad de realizar diagnósticos y análisis clínicos a partir de muestras de laboratorio, reemplazando al ser humano en una gran cantidad de tareas que son de dominio cognitivo.

En ese sentido, Braidot enfatizó que afortunadamente la robótica se enfrenta a un reto que difícilmente pueda sortear. A su vez, tiene que ver con las habilidades de percepción, intuición y creatividad que, en su opinión, es muy difícil que puedan ser sustituidas por algoritmos. Esto, aún cuando ya hay máquinas que realizan composiciones musicales, incluso dibujos y obras de arte que se exhiben en forma paralela a las realizadas por hombres y mujeres.


¿Cómo ganarle a la tecnología?

Según Braidot, la pregunta focaliza en el tipo de habilidades que serán requeridas en un futuro que ya se encuentra entre nosotros.

“Afortunadamente, contamos con un as en la manga: la inteligencia artificial no puede sustituir por completo al ser humano porque carece de habilidades que son inherentes a éste y, en mi opinión, intransferibles a las máquinas, tales como la comprensión del lenguaje emocional, la intuición, la imaginación, la sensibilidad, la creatividad, la empatía, las habilidades de captación metaconsciente y la inteligencia emocional”, agregó el experto.


En definitiva, como las máquinas carecen de la percepción y la sensibilidad humana, las habilidades futuras dependerán más de la inteligencia creativa y del coeficiente emocional que del intelectual. Muchas organizaciones así lo han entendido desde hace tiempo.

Por ello, en algunos países avanzados, particularmente en Europa y Estados Unidos, incluso en el Instituto Braidot de Formación, día a día se suman empresas que, a la hora de capacitar a su gente, focalizan en las habilidades emocionales más que en las intelectuales.