Redacción - 13 de marzo de 2019
Rocío Cortés, de 25 años, murió en el Hospital Virgen de Valme el 20 de agosto de 2017 tras dar a luz a su tercer hijo al ser trasladada en camilla en un ‘ascensor asesino’ que llevaba casi dos años dando, en numerosas ocasiones, graves y peligrosos problemas de funcionamiento.
Alguien o algo curiosamente borró los datos del CPU del ascensor justo después del terrible accidente que afectaba a la gestión del SAS del gobierno de Susana Díaz.
La Unidad de Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía ha confirmado al Juzgado de Instrucción número 1 de Sevilla, que los datos son irrecuperables según detalla Europa Press.
Al ser una memoria RAM, es “volátil”,y la información no es posible obtenerla, algo que perjudica a la familia de Rocío Cortés ya que podría haber aportado datos claves de lo sucedido ya que es una ‘caja negra’ donde se registra todo el funcionamiento.
A causa de esta destrucción de información que se ejecutó, la justicia tendrá que tirar de otras pruebas complementarias para averiguar lo sucedido, si fue un error humano o un fallo técnico.
Tanto la acusación particular como la defensa del ascensorista que declare como imputado el operario de la empresa de ascensores Orona encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital. El técnico negó ante la juez, tras recibir la instructora el oficio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, “intervención o manipulación” alguna por su parte que provocara el movimiento del elevador.
La magistrada ha solicitado a dos empresas de telefonía el registro de registro de llamadas de una veintena de teléfonos entre las 14,28 y las 14,38 horas del citado día, tras pedirlo el Grupo de Homicidios de la Policía Nacional.
Según detalló EL MUNDO, el delegado sindical de USO informó el 13 de mayo de 2016 que dicho ascensor tenía fallos mecánicos. En la documentación se detalló los fallos del sistema de cierre de puertas y los sensores del ascensor. El elevador cerraba las puertas de golpe las puertas impidiendo que los celadores pudieran entrar en el ascensor y realizando a veces el trayecto el paciente solo en su camilla.
La primera vez que se da cuenta de dichos errores fue el 20 de septiembre de 2015. En aquella ocasión, la empresa concesionaria tardó 4 horas en reparar los problemas del ascensor ya que el hospital no contaba con personal de mantenimiento para haber solucionado dichos fallos mecánicos.
Pocos meses después, el 19 de febrero de 2016, de nuevo los trabajadores alertaron de problemas en el ascensor número 2 y posteriormente, en mayo, sobre el ascensor que mató a Rocío Cordero.
Durante el año 2016, de nuevo hubo escritos denunciando la situación en septiembre y en diciembre, cuando un médico resultó lesionado por las puertas del ascensor.
Además hubo dos denuncias a la Inspección de Trabajo, en junio y octubre de 2016 por los problemas de los elevadores. La primera fue archivada y la segunda, acompañada de partes de lesiones, sí abrió una expediente que no llegó a nada porque el inspector estimó que no había riesgo para la salud y seguridad de los trabajadores.
Susana Díaz mandó un mensaje de condolencias por la muerte de Rocía Cortés desde su lugar de vacaciones y no se pronunció ante la prensa hasta 9 días después de la muerte de la joven.
