15 de marzo de 2019
Las contracturas musculares son muy frecuentes entre la población deportista y su prevención requieren de una serie de prácticas que se deben cumplir. Entre los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecerlas se incluyen fundamentalmente la falta de calentamiento, o que este se haga de forma incorrecta, usar material deportivo inadecuado, como un mal calzado, una excesiva repetición de los ejercicios que cause demasiada fatiga, una mala alimentación o un exceso o un defecto de hidratación, ambientes fríos o húmedos o el uso de ciertos fármacos.
Cuando nos sentimos aquejados por una contractura o por una lesión que no termina de desaparecer deberemos acudir a un especialista de la salud, ya sea médico o fisioterapeuta. Este profesional será el encargado de prescribirnos el tratamiento más adecuado según cada tipo de lesión, que por regla general tendrá un carácter integral.
Entre los métodos más tradicionales no farmacológicos, destacan el reposo, la aplicación de frío o calor, los masajes, los ultrasonidos… todo dependerá en gran medida de si se trata de una simple contractura o nos encontramos ante una rotura fibrilar total o parcial.
Entre las medidas farmacológicas, es bastante habitual recetar antiinflamatorios, como pueden el Ibuprofeno o el Paracetamol, y los relajantes musculares, como el diazepam, que pertenece al grupo de las benzodiazepinas, y tiene efectos sedantes, tranquilizantes y anticonvulsivantes.
Pero siempre tenemos cuidados con las contraindicaciones, leyendo los prospectos con atención, por ejemplo, entre los efectos adversos del diazepam nos encontramos con el cansancio y la somnolencia con lo que es probable que el médico que le recete este tipo de tratamiento le recomiende también hacer reposo y nada de ejercicio mientras lo está tomando y sobre todo no conducir o realizar actividades peligrosas. Otros efectos que se originan con carácter ocasional son la visión doble, la confusión, la ataxia, la pérdida del estado de alerta y las alteraciones del ritmo cardiaco entre otras.
Por eso, siempre que sea posible, intentaremos tratar estas dolencias con un relajante muscular natural, una crema para contracturas musculares que sea eficaz, pero evite el exceso de productos químicos en su fórmula, puedes encontrar Más información en este enlace que acabamos de dejar para ti, que nos hablará del RS7, una pomada que está compuesta por principios activos naturales de máxima calidad que te ayudarán a tratar eficazmente las lesiones deportivas.
Estas alternativas, como el relajante muscular natural recomendado, son opciones mucho más seguras y eficaces a la automedicación, a la que no debemos recurrir en ningún caso, y es que antes de tomar cualquier medida farmacológica, siempre hay que consultar con un especialista. Esta crema es un remedio por la vía tópica que actúa directamente a nivel local en la zona afectada y no tiene los indeseados y temidos efectos secundarios que pueden producir otro tipo de cremas.
Otra de las ventajas de este tipo de remedios es que su efecto suele ser más rápido en la eliminación o en el alivio del dolor, pues las pastillas deben ser metabolizadas por el hígado y reabsorbidas después pro el intestino, con lo que el efecto deseado tardará más en hacer su aparición.
Vamos a terminar este artículo recordando las buenas prácticas que debemos seguir para no padecer lesiones y no tener que recurrir con demasiada frecuencia a los relajantes musculares, especialmente si somos deportistas y estamos en condiciones de sufrir un mayor riesgo de daños.
En primer lugar, volvemos a recordar que el calentamiento es indispensable, y que este sea el adecuado, que contemos con una buena técnica a la hora de llevarlo a cabo y que sea lo suficientemente intenso y prolongado como para calentar todos los músculos que van a entrar en acción cuando comencemos con nuestra rutina de ejercicios.
Otro hábito que puede ayudarte a combatir este tipo de lesiones si sueles sufrir contracturas musculares es la aplicación de hielo, pues funciona como relajante muscular tras el entrenamiento o cualquier tipo de sobreesfuerzo. El hielo en la zona a tratar nos ayudará a reducir la inflamación y el dolor muscular de forma eficaz.
Por último, recordar las bases para mantener cualquier cuerpo saludable, que son una buena alimentación y un buen descanso. Para gozar de una buena salud física y mental necesitamos ingerir todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita y evitar el consumo excesivo de grasas o azúcares. Así mismo, debemos dormir al menos ocho horas al día para obtener un buen rendimiento físico y que nuestro cerebro logre desconectar completamente durante las horas de sueño.
Por eso es recomendable, antes de ir a dormir, no ver la tele ni ningún tipo de pantalla, como las del PC, el móvil o la tablet. En su lugar, podemos leer, darnos un baño caliente o recurrir a alguna terapia de relajación que nos ayude a conciliar un sueño de calidad que sea realmente reparador.