10 de abril de 2019
El invierno de 2019, que ha finalizado hace algunas semanas, ha sido el que ha registrado las temperaturas medias más altas desde que existen registros, el año 1965. A esto se suma que las temperaturas mínimas también han estado por debajo de la media, casi medio grado por debajo. El resultado, por tanto, es el de un invierno con una amplitud térmica muy elevada, según indica el informe climático elaborado y publicado por la Agencia Estatal de Meteorología.
Un invierno muy soleado en promedio sumado a episodios de tormentas muy ocasionales pero duras, especialmente en el Levante español. Además de esto, el conjunto de precipitaciones ha sido muy bajo, un valor de 98 litros por metro cuadrado de media en España, lo que supone una cantidad un 51% inferior a la media del periodo que lo convierten en el segundo invierno más seco del siglo XXI y el quinto desde 1965.
Tras todos estos fenómenos aparece la amenaza del cambio climático, que da lugar a situaciones meteorológicas más adversas y menos previsibles. En lo que respecta al cuidado y mantenimiento de los vehículos, aunque la llegada de la primavera parece ser un alivio, pues el clima generalizado es más benigno, esto no siempre es una realidad, pues en España, donde domina el clima mediterráneo, la primavera y el otoño son estaciones muy cambiantes, un tanto traicioneras.
Para evitar problemas en el futuro, la clave está en llevar a cabo un buen mantenimiento del vehículo, tanto en los aspectos mecánicos como en lo referido a chapa y pintura. Para esta tarea, y especialmente en aquellos momentos en los que se planea un viaje largo por carretera, una visita a un establecimiento especializado como taller sevilla se plantea como algo necesario.
Los neumáticos son el único elemento del vehículo que está en contacto con el asfalto. Cuando llega la primavera, si se dispone de neumáticos de invierno, es el momento de cambiarlos por los neumáticos de verano. Con las temperaturas más altas, este tipo de gomas soportan mejor las altas temperaturas.
Cuando va llegando el verano, las altas temperaturas del asfalto aumentan el riesgo de pinchazos, y esto es más peligroso si se siguen usando neumáticos de inverno, que no están tan adaptados a esta época del año.
Una vez se coloquen los neumáticos de verano es importante revisar la banda de rodadura. Existe un truco interesante, el de utilizar una moneda de 1 euro dentro de la rodadura. Si las estrellas de la moneda se pueden ver, el neumático no es válido porque está muy desgastado.
Con respecto a la batería del coche, su relevancia es muy importante. Es un elemento que sufre mucho durante el invierno, por las bajas temperaturas. Si la batería tiene más de cuatro años y el arranque del motor dura varios segundos, es conveniente pensar en cambiarla.
El aire acondicionado comienza a ser un compañero habitual de todos los desplazamientos en primavera gracias a la llegada del calor y las buenas temperaturas. Es en este mes, abril, y quizás el final de marzo, cuando hay que asegurarse de que el aire acondicionado funciona correctamente, para ello hay que comprobar si necesita una recarga de aire, si el filtro está lo suficientemente limpio o si no transmite malos olores al interior del vehículo.
En el interior del coche, mantener un clima agradable ayuda al conductor a mantener la atención y el confort durante la conducción y con ello a reducir la posibilidad de sufrir accidentes.
Mantener chapa y pintura en perfecto estado
Dejando a un lado los aspectos mecánicos y de seguridad, que hemos revisado dos de los más importantes de cara a la llegada de la primavera, los usuarios de vehículos deben prestar especial atención también a la chapa y pintura, pues eso hace que el vehículo se mantenga como nuevo y en perfecto estado durante más tiempo.
Con un cuidado óptimo de la pintura se consigue retrasar la aparición de óxido y el cambio de tonalidad del exterior del vehículo, que hace que el vehículo parezca más antiguo de lo que en realidad es.
Para esto, algunos consejos interesantes son intentar no aparcar el coche al aire libre o protegerlo con una capa en caso de inclemencias meteorológicas o altas temperaturas, lavar el coche en estaciones de agua a presión de manera semanal o quincenal, eliminar los excrementos de pájaros cuanto antes para que no arañen la pintura de la carrocería y encerar el coche de manera periódica, así se protege toda la chapa.