Redacción - 10 de mayo de 2019
La primavera es una de las épocas más esperadas del año porque significa el final de la temporada de frío y el comienzo de las temperaturas más cálidas, que invitan a salir a la calle, disfrutar de las terrazas y realizar planes al aire libre. Es el momento también de cambiar la ropa del armario y dar paso a las prendas más cortas y ligeras que ayuden a soportar mejor el calor que llegará en unas semanas y, de la misma manera que las personas realizan sus cambios y ajustes a este nuevo momento anual, también es necesario que se haga lo propio con algunos otros objetos o pertenencias.
El caso más singular es el de los vehículos, que suelen ser uno de los bienes más preciados en gran parte de las ocasiones y que necesitan de un cuidado especial en primavera para mantenerse en su estado más óptimo. Esto es así debido a los cambios que se producen a diferentes niveles y que pueden afectar en mayor o menor medida a los coches, deteriorando o bien su funcionamiento o su apariencia exterior, dando como resultado una pérdida generalizada de cualidades a lo largo de los años si no se toman las medidas oportunas de manera regular.
Es importante, por consiguiente, conocer cuáles son los mejores consejos para cuidar del coche en primavera, e informarse de los más recomendados también a medida que las diferentes estaciones del año van transcurriendo. Esto permitirá conservar el vehículo en el mejor estado posible, alargar su vida útil y hacer más agradable el disfrute del mismo.
La primavera afecta al vehículo en diferentes aspectos; por ejemplo, es habitual que en estas fechas el filtro de partículas del mismo se ensucie con mayor frecuencia o no cumpla bien su función contra el polen y otros elementos si hace mucho tiempo que no se revisa. Además, la llegada del calor en contraste con el frío provocan que diferentes partes se expandan y contraigan, pudiendo provocar distintos desperfectos y haciendo de esta una buena época para pasar la revisión anual del vehículo antes de los viajes de verano.
Así lo recomienda en este taller sevilla, donde realizan todo tipo de trabajos relaciones con el coche, desde aquellos que ayudan a mantener en perfecto estado la chapa y pintura de este hasta revisiones previas a la ITV para evitar que uno se lleve sorpresas en el momento de pasar la evaluación. Como taller mecánico especializado también recomiendan en esta época del año poner especial cuidado en la ruedas, ya que la variación de temperaturas mencionada puede afectar a la presión de las mismas y derivar en un mal estado para la conducción.
La citada chapa y pintura, además, es de las que más puede sufrir en primavera debido a los constantes lavados que haya que dar al vehículo por la suciedad del ambiente y las constantes lluvias que puedan dejar residuos, especialmente si estos se realizan en túneles con escobillas no demasiado suaves. Lo ideal para mantenerlas en perfecto estado es acudir a centros de lavado a presión, hacerlo a mano o, en caso de hacer uso de un túnel tradicional, recurrir a aquellos cuyos rodillos sean de felpa y no de escobilla.
En primavera es vital haber comprobado la escobillas de los limpiaparabrisas antes de realizar cualquier viaje, ya que en esta época los mosquitos, suciedad del ambiente y tormentas son frecuentes y, de encontrarse en mal estado, estos podrían extender la suciedad por la luna al ser utilizados, reduciendo el campo de visión. Este suele ser uno de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los conductores con la llegada del buen tiempo, y definitivamente ha de estar en la lista de elementos a comprobar antes de emprender cualquier travesía.
Adicionalmente, es necesario comprobar que los niveles de anticongelante o líquido refrigerante se encuentran en las zonas adecuadas. Las elevadas temperaturas correspondientes a este periodo no son buenas para los vehículos, y cualquier problema en los referente a la regulación de la temperatura puede derivar en una avería mayor, las cuales suelen encontrar su origen en la falta del componente que permita al coche adecuar los niveles de calor y frío. Una rápida comprobación es también, por consiguiente, más que recomendada de manera periódica, incluso si el propio vehículo no ha avisado mediante el testigo correspondiente de haber detectado una anomalía.
