20 de junio de 2019
Cuando nos enfrentamos al mundo laboral, hay un documento que es fundamental, el curriculum vitae. Hay páginas web que son muy importantes, sobre todo en algunos sectores determinados, como por ejemplo Linkedin en el ámbito de la comunicación y la tecnología. Pero el documento personal sigue siendo imprescindible a día de hoy, y no puede faltar si estamos buscando trabajo.
A menos que seamos expertos en diseño y en el uso de aplicaciones de esta especialidad, lo más cómodo y funcional es utilizar una plantilla. Se trata de un documento ya creado, con un espacio asignado para cada dato, que solo tenemos que descargar y rellenar con nuestra información. Entre las plantillas hay gran variedad de modelos para que escoger, y hay páginas como https://plantillascurriculum10.com que las ofrecen de forma gratuita.
Para elegir la más adecuada, debemos tener en cuenta factores como nuestra experiencia laboral, o el tipo de trabajo que buscamos. Para trabajos creativos se recomienda utilizar un currículum más desenfadado, innovador, mientras que si buscas trabajo en una empresa extranjera o estás solicitando una beca, se recomienda utilizar el formato Europass, más rígido.
El más tradicional es el currículum cronológico, en el que se reflejan los datos personales y académicos, capacidades de idiomas y otras, y a continuación los distintos puestos de trabajo que se han desarrollado. Se enumeran comenzando por el primero, y terminando por el más reciente o actual. Después se pueden indicar datos adicionales como aficiones, experiencia en voluntariado, etcétera.
Este formato ha sido sustituido en gran parte por el curriculum inverso, en el cual esta enumeración se realiza al revés, comenzando por el último trabajo desarrollado. Hacerlo así resulta más interesante, ya que los técnicos de selección tienen un tiempo limitado, y lo que más les suele interesar es ver nuestras experiencias recientes. Tener que leer todas las anteriores les hace perder tiempo, y aumenta las probabilidades de que nuestro currículum sea descartado.
Otro formato muy popular es el de currículum funcional, en el que los datos van organizados por bloques temáticos. Es el más indicado en el caso por ejemplo de que tengamos poca experiencia, ya que permite centrarse más en nuestras capacidades o titulaciones académicas, o destacar algo que nos interese. También resulta interesante en el caso de un historial laboral muy disperso, o cuando hemos estado sin trabajar durante algún periodo de tiempo, lo cual en un formato cronológico llamaría más la atención.
Existe también la alternativa del currículum por proyectos, en el que se muestran los proyectos que hemos desarrollado, los cuales deben estar relacionados de alguna forma o ser interesantes para el empleo que estamos buscando. Y otra opción es la del mixto o combinado, en el cual se combinan varios de los formatos mencionados, para tratar de destacar lo más positivo de nuestra experiencia y formación.
No se recomienda exceder el tamaño de una página en el curriculum, como hemos comentado anteriormente el tiempo de los seleccionadores es limitado y necesitan concreción y síntesis. Además, resulta más atractivo y limpio visualmente que uno con varias hojas. Debemos tener cuidado con las faltas ortográficas, imperdonables en un documento de este tipo.
En cuanto a la fotografía, dependerá del tipo de trabajo al que optemos, pero lo normal es incluirla. Si el trabajo es en un puesto de atención cara al público, es muy recomendable que no falte. También es importante no incluir información falsa, y tampoco innecesaria. Si tenemos un grado universitario, por ejemplo, no procede indicar que hemos terminado la educación obligatoria, es algo que se da por hecho.