
26 de junio de 2019
La mayor traba de muchísimos de los emprendedores de este país es la falta de recursos económicos para poder invertir en una idea de negocio. Por este motivo, en el día de hoy hemos querido transmitiros algunos de los métodos más eficaces para conseguir financiación para un proyecto.
Se trata de recursos sencillos y muy prácticos que podréis aplicar y combinar dependiendo de vuestra situación, pero que, sin duda, os abrirán un nuevo mundo lleno de posibilidades de emprendimiento.
La primera de las opciones, aunque pueda parecer un poco obvia, lo cierto es que es la más sencilla y con la que menos problemas tendremos. Contar con nuestro propio dinero para empezar con nuestro negocio significa no rendirle cuentas a nadie y organizarnos de una forma muy efectiva, ya que conocemos el esfuerzo que cuesta ahorrar dinero.
Es cierto que esta no es una forma rápida de conseguir dinero, sin embargo, si nos planteamos emprender en un plazo razonable de tiempo, podríamos dedicarnos a ahorrar con total facilidad durante, por ejemplo, seis meses. De este modo, nosotros mismos seríamos dueños tanto del negocio por completo, como de todo el capital social que pueda necesitar la empresa para salir adelante.
Si no hemos tenido tiempo para ahorrar o nuestra situación no nos lo ha permitido, la otra opción que podemos tener en cuenta es solicitar un crédito rápido online. Esta es una forma como otra cualquiera de conseguir financiación, de la cual nos podemos aprovechar para sacar adelante nuestro negocio.
Por ejemplo, los créditos rápidos de Credy, que podéis consultar en https://www.credy.es/ son ideales para conseguir dinero con rapidez y todas las facilidades. Este tipo de créditos se conceden en muy poco tiempo, sin apenas papeleos y con muchas facilidades de pago. Si necesitamos relativamente poco dinero, los créditos rápidos online pueden ser nuestra mejor opción.
Otra forma de buscar financiación puede ser ofrecer nuestro negocio como una forma de inversión para nuestros socios. Dentro de este grupo, podrían entrar, por ejemplo, los proveedores. Si ponemos a su disposición nuestros productos como una forma pasiva de que esas empresas reciban un beneficio económico, muchas estarán realmente dispuestas a invertir en nuestras ideas. Es cierto que para esta opción debemos tener ya cierta infraestructura en el negocio y contar con un buen plan de empresa.
Una forma rápida, segura y sin prácticamente ninguna desventaja es que recurramos a la venta de nuestros bienes o activos para conseguir dinero. Tanto si se trata de pequeños detalles personales, como si hablamos de la venta de viviendas o acciones bancarias, todo puede ayudarnos a conseguir esa cantidad de dinero que necesitamos para abrir nuestra empresa. Si consideramos esta opción, es importante reunir todo el patrimonio que queramos vender para poder conseguir un mayor beneficio.
Las incubadoras son empresas que se dedican a proyectar empresas. Aunque a menudo solemos pensar que en las incubadoras solo tienen cabida las empresas tecnológicas o de innovación, lo cierto es que con una propuesta atractiva, podremos beneficiarnos de ellas sin importar a qué se sector se dedica el negocio. Acudiendo a una incubadora probablemente consigamos más resultados en un plazo más corto de tiempo y ellos se encargarán de darnos soporte en muchísimos ámbitos.
Si necesitamos hacer una compra puntual para abrir nuestro negocio una buena opción podría ser solicitar una tarjeta de crédito en nuestro banco. Por ejemplo, si queremos abrir una oficina en casa para dedicarnos al diseño gráfico o a la programación web, lo más probable es que necesitemos hacernos con un buen ordenador y algunos softwares adicionales.
Una vez que tengamos esto, prácticamente no necesitaríamos nada más para empezar a trabajar. Pues bien, si esta inversión inicial es lo que os preocupa, podéis hacerla con una tarjeta de crédito y luego ir pagando ciertos plazos para devolver el dinero.
Desde hace algunos años ya se ha puesto muy de moda el mundo del crowdfunding. Esto consiste en subir nuestro proyecto de empresa a ciertas webs en las que personas diferentes hacen donaciones. Se pondría la cantidad de dinero que se necesita conseguir para financiar el proyecto y todos aquellos que estuvieran interesados, donarían cierta cantidad. Se trata de una forma sencilla, pero en la que tendremos que trabajar mucho la parte visual y la comunicación.
Si no hemos sido capaces de conseguir financiación por otros medios, una de las opciones que tenemos es pedir préstamos a nuestra familia y amigos. Hay que tener en cuenta que implicar a nuestro círculo cercano en nuestro proyecto puede ser un beneficio para todos, así como una forma fácil y rápida de financiar nuestro proyecto.
Los business angels son personas con cierta cantidad de dinero para invertir y que buscan nuevas ideas de negocio para obtener beneficios. A día de hoy, podéis encontrar muchas páginas sobre este tipo de intercambios, que pueden ser una estupenda opción para cualquier empresa que esté empezando. En este sentido, debemos trabajar muchísimo la imagen corporativa, preparando estrategias de marketing y comunicación para diferenciarnos de otros proyectos.
Finalmente, para todos aquellos que hayáis arrancado ya vuestra idea de empresa y tengáis objetivos muy grandes de expansión, esta puede ser la mejor opción. A muchos emprendedores les ocurre que llega un punto en el que el negocio empieza a superarse a si mismo; mucha carga de trabajo, pocos medios y muchas oportunidades que no podemos aprovechar por falta de financiación.
Para esto, los capitales privados y de riesgo suponen una estupenda estrategia, ya que buscan empresas con una gran proyección que necesiten incentivos económicos para llevar a cabo sus objetivos corporativos. Eso sí, es muy importante trabajar con datos financieros y económicos para que quede clara la viabilidad de la expansión del negocio.