25 de abril de 2024
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¿Qué tipo de viajero eres?

¿Qué tipo de viajero eres?

Redacción - 9 de julio de 2019

Hay quienes prefieren vivir la experiencia de viajar en solitario, hay quien prefiere los viajes con amigos, con la pareja o en familia, los hay también que deciden viajar con su mascota. Los que prefieren el turismo de aventura, otros cultural, a la caza de todos los monumentos y museos que les permita el tiempo y el lugar que visitan, y hay quienes quieren tumbarse en playas paradisiacas a ver pasar los días mientras se tuestan al sol.

Efectivamente, hay muchas maneras de viajar y de entender lo que es disfrutar de unas vacaciones, vamos a ver en este artículo alguno de los principales tipos de viajeros que podemos encontrar en nuestras salidas y escapadas. ¿Y tú? ¿Eres uno de ellos? ¿Con cuál te identificas?

Aventurero intrépido

Hay un tipo de viajero tipo Indiana Jones que lo quiere ver todo y al que le gusta experimentar, tocar, sentir, explorar… A este tipo de viajero le apasiona llegar a dónde nadie más ha llegado, subir a la cima de una montaña, perderse en un bosque, hacer acampada y senderismo y orientarse… o no, quizás lo mejor de todo para ellos sea perderse.

Esta es la versión más radical de este tipo de viajero, pero aún hay otro, un aventurero, pero que desea tenerlo todo bajo control, al que le gusta conocer lugares exóticos, nuevas culturas, vivir nuevas experiencias, pero con la seguridad de tenerlo todo bien planificado, organizado y si se pueden ahorrar algo de dinero mejor.

Para este viajero no hay nada mejor que los circuitos organizados, como los que se ofrecen aquí en Asia con Low Cost, los viajes más apasionantes para descubrir la cultura milenaria asiática y sus lugares más paradisiacos, siempre al mejor precio posible.

Dentro de este tipo de viajes, también se enmarcan los viajes para toda la vida, aquellos que se realizan por un acontecimiento especial. En este sentido, no importa si eres un viajero de fieles costumbres, de esos que van cada verano al pueblo de sus padres o a la misma playa de siempre, para ese tipo de viajes, buscamos un destino exótico, al que probablemente nunca vayamos a volver, y que marcará un antes y un después.

Es lo que ocurre con los Viajes de novios y Luna de Miel, en los que soñamos viajes exóticos combinados como Dubai y Maldivas, las maravillas de Costa Rica, Japón y Hawai, con un safari en Kenia… Son viajes que deben estar a la altura del momento que celebramos, la unión pública y/o religiosa con la persona que amamos, una declaración formal de que queremos que nuestro amor sea para toda la vida y así se lo mostramos a mundo celebrándolo con familiares y amigos y cerrándolo con un viaje que quiere representar la aventura de una vida en común que queda por recorrer.

Levántame de la tumbona si eres capaz

Hay viajeros que la aventura la dejan para las películas, que lo que quieren es tumbarse al sol y disfrutar de la playa, de mojitos en la tumbona y baños refrescantes en el mar, y para todos ellos nada mejor que unas vacaciones en una isla, la máxima expresión del turismo de sol y playa.

Efectivamente, para todos ellos, nada mejor como disfrutar de unas vacaciones en las Islas Canarias, en una de las magníficas villas gran canarias que encontrarás en https://villagrancanaria.com/es y disfrutar de los más de 300 días de sol al año y un clima excepcional, suave y templado, en un entorno natural más que privilegiado.

A este viajero las vacaciones les parecen la oportunidad perfecta para no hacer absolutamente nada, ni siquiera planes.

El rey de los mapas y los planes

En contraposición al viajero anterior nos encontramos al que no entiende unas vacaciones si un Excel para planificar cada minuto del día. ¡Organización! Que hay mucho que ver y hacer. Es la máxima premisa de este viajero, da igual en qué lado del mundo se encuentre, es el rey de los viajes gymcanas.

Este viajero, antes de salir de casa, desde meses antes, tendrá decidido cuántos miles de cosas hay que hacer cuántos lugares hay visitar, cuántas cosas hay que probar… Y para eso habrá preparado el viaje exhaustivamente, le habrá dedicado cientos de horas, y se habrá leído todas las guías de viajeros de ese destino que habrá encontrado por internet.

El viajero que todo lo sabe, al que nada le sorprende

Hay un tipo de viajero que tiene una opinión, normalmente negativa, ya formada para todo, antes de conocerlo, y, además, no tiene miedo a expresarla a los demás. Si viajas en grupo y llevas a uno de estos viajeros contigo, mal, hagáis lo que hagáis, siempre habrá un pero; que vais a ver los monumentos vas visitados de la ciudad, mal, hay demasiada gente y, bueno, no son para tanto, no sé a qué viene tanto revuelo con el Partenón, si está que se viene abajo. Que vais a ver la playa más extensa de Europa, mal, la de mi pueblo es más grande y no se forman colas para verla.

Si tienes a uno de estos viajeros cerca, paciencia, y si no la tienes, lo mejor será deshacerte de él, si puedes, cuanto antes, y cuando elijas tu próximo destino y localices a uno con estas características, evítalo.

El viajero perdido

Este es el último tipo de viajero que vamos a ver, de natural despistado, y al que todo le da un poco igual. Este viajero viaja por viajar, pues es capaz de salir al lado del Big Ben desde la boca del metro de Londres y no encontrarlo, si es que lo estaba buscando, así de sencillo.

Este viajero sobrevive a los viajes de casualidad, parece tener siempre mucha suerte en el último momento: llega tarde siempre, pero el transporte aún le está esperando. Este viajero se complementa a la perfección con el viajero número tres, el superorganizado, el rey de los mapas y los planes, ya que, en ocasiones, el despiste del primero paliaría la organización extrema del segundo y también, al contrario, el orden del segundo haría que el primero no se quedase en tierra en más de una ocasión.

Lo mejor de este tipo de viajero, lo que más aporta al grupo o a un viaje en pareja o familiar,  es su espíritu relajado, ideal cuando se está de vacaciones, una buena compañía para no medir el placer y disfrute del viaje por la cantidad de cosas que hemos llegado a ver o que hemos llegado a hacer, sino por las risas y el tiempo compartido con la pareja, con la familia o con los amigos.