Redacción - 10 de septiembre de 2019
Un horno eléctrico es de los electrodomésticos más indispensables del hogar. Es fácil de usar, seguro, práctico y súper compacto. Se trata de una herramienta de cocina muy útil para elaborar platos más avanzados, economizando tanto el tiempo como el dinero lo máximo posible. Es imprescindible tener una buena experiencia al momento de preparar las comidas, para poder disfrutar realmente del aparato. Se trata de un gasto un poco alto, que para ser aprovechado hay que elegir con paciencia.
Son muy fáciles de usar, siempre que se tenga uno de buena calidad. En caso contrario, no mantendrá la temperatura deseada, no alcanzará la necesaria o tardará demasiado en estar listo para su uso. No debería tomar mucho tiempo tenerlo preparado para cocinar, por lo que se puede utilizar sin entorpecer los horarios del día.
Lo que hay que hacer es encenderlo, programar una temperatura y esperar a que el horno la alcance. El tiempo va a variar dependiendo de la calidad del producto y de la potencia del mismo. Una vez que se haya logrado el objetivo, hay que programar un temporizador para que se apague cuando se lo indique.
Empotrables. Son lo que están destinados al espacio que hay en la cocina. Son de tamaño considerable. Su elección debe estar basada en el tamaño del hueco, para que no haya ningún inconveniente. Hay que pagar para hacer la instalación, y se deben conectar a tomacorrientes con salidas específicas.
De sobremesa. Son pequeños, compactos y simples. Van en el tope de la cocina. Están destinados a comidas que no requieran de grandes elaboraciones, aunque se puede hacer. Son menos potentes que los empotrabes, pero más prácticos. Son excelente opción para quienes tengan la disposición de una pequeña inversión y no quieran gastar en instalación. Hacen uso de cualquier tomacorrientes.
La seguridad. Es vital en la elección de cualquier electrodoméstico, para evitar accidentes en casa. En el caso de un horno, debe tener puertas frías, una guía de seguridad para la extracción de los alimentos, seguro anti niños.
La capacidad. Dependiendo de la disponibilidad de espacio y de los requerimientos de comida que se vaya a preparar, es importante tener en cuenta el tamaño del horno.
La facilidad de limpieza. Ya que es algo que se va a usar con cierta frecuencia, debe ser sencillo de mantener en buenas condiciones.
La potencia y el voltaje. Aquí hay que saber la potencia del horno, para poder cocinar los alimentos. Se trata de poder hacer las comidas más rápido, por lo que es importante elegir el voltaje suficiente. Por supuesto, también hay que tener en cuenta el tipo de platos que se van a preparar: no es igual hornear un pollo que una pizza.
La facilidad de uso. Si es un aparato diseñado para mejorar la calidad de vida, debe ser fácil de usar. Características como controles digitales, temporizadores, bandejas de fácil extracción, tecnologías de limpieza, etc., son importantes, afectan mucho a la experiencia de uso. Tal vez no se vea como algo necesario al principio, pero en la cotidianidad marcaran una gran diferencia.
Para tomar una buena decisión de compra en términos monetarios, hay que saber los precios aproximados para tener un presupuesto de referencia. Así, se puede elegir en función de lo que se desee y los recursos que haya a disposición.
Si es uno pequeño, oscilará entre los 50 y los 100 euros. Los empotrados llegarán a los 500 aproximadamente. Por supuesto, el precio variará en función de las añadiduras y características que se busquen.
Hay una gran variedad de modelos, pero no es difícil hacer una elección que dé una buena relación calidad-precio, si se tienen en mente las características que se buscan y un precio aproximado. Un horno barato como estos, si es de una marca que cumpla con los estándares de calidad del mercado, será fácil de ubicar. Es una compra asegurada. Solo resta hacer la elección acorde a los gustos de cada quien. Lo mejor de todo es que se trata de un electrodoméstico que entra en el presupuesto de prácticamente cualquier bolsillo.
