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El gin tonic deja paso a otros licores

El gin tonic deja paso a otros licores

Redacción - 28 de octubre de 2019

El grupo cómico Pantomima Full lleva años haciendo humor con actividades cotidianas y comportamientos habituales de los españoles. Con sobradas notas de humor, los humoristas Alberto Casado y Rober Bodegas caricaturizan decenas de prácticas que sirven como espejo a millones de españoles.

Cada viernes, desde hace unos años, estos dos cómicos publican en sus redes sociales un vídeo sobre un tema que es de actualidad. Son conocidísimos sus sketches sobre el runner, el vino, las terrazas, el vermú, el mercado, la gastronomía, el empleado corporativo, los nuevos emprendedores… No existe, prácticamente, tipología social que se les escape, y por supuesto, no podía faltar en esta lista la moda de los gin tonic.

Los Morancos también hicieron hace años un número cómico que tenía como protagonista al gin tonic, o mejor dicho, todo lo accesorio que lleva el gin tonic. Cuando un tema es protagonista de sketches de humor es porque genera interés entre la población, de eso no hay duda, pero parece que en los últimos meses, la fiebre por el gin tonic está remitiendo en España.

Su consumo está decayendo tras una época de auténtica devoción por esta consumición en terrazas, bares, pubs, restaurantes y discotecas de todo el territorio nacional. En los últimos años han surgido gintorerías, mercados de abastos que ofrecían hierbas aromáticas para acompañar a la ginebra, todo tipo de profesionales del gin, recetas innumerables… hasta libros sobre el arte del gin tonic.

No obstante, toda esta moda del gin tonic, a pesar de seguir sobreviviendo, ya despierta menos furor, según los datos de la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE).

Las bebidas espirituosas y licores preferidos de los españoles

Según las cifras de venta, la bebida por excelencia en España es el whisky, con un 24.1%. Al whisky le siguen los licores. La ginebra cae hasta el tercer puesto, con el 19,7%. Tras estas aparecen el ron, el brandy, el anís u el vodka. Ponche y tequila ocupan la última posición, menos del 1%.

En este ranking no entran la cerveza y el vino, pues son bebidas no espirituosas, ya que no alcanzan una graduación del 15%. Con respecto a la ginebra, en la FEBE admiten que sigue siendo una bebida muy consumida en España y a pesar del descenso en su consumo, todavía no se puede hablar de que haya pasado la moda.

Lo que sí ha permitido esta fiebre del gin tonic es que los usuarios caminan cada vez hacia la demanda de experiencias. Ya no solo se quiere beber, sino algo más. El gin tonic es un buen ejemplo de ello, porque es como un recetario en el que el barman ofrece las claves para tomarlo de manera correcta y, en algunos casos, como ocurre con el vermú, se puede tomar con algún aperitivo o en la sobremesa.

Un buen ejemplo de esta cultura por el alcohol como experiencia es lo que proponen desde la web bebidaespirituosa, un espacio en el que analizan y comparan bebidas para ofrecer al lector información práctica y accesible sobre los mejores destilados que se pueden encontrar en el mercado.

Los expertos de FEBE advierten que se está produciendo un cambio de tendencia en el estilo de consumo de alcohol. Esto propicia que los licores asciendan su consumo en un 2,4%. El caso del anís es el más reseñable, que ha subido hasta el 4,4%.

Tras este cambio de comportamiento en el consumo, lo que se oculta es un giro cultural. Si en los 80 y los 90 se bebía por la noche, en discotecas y bares que abrían de madrugada hasta por la mañana, en la actualidad los after-hour y los after-work son buenos lugares para beber alcohol de día, después del trabajo, en un almuerzo, aperitivo o cena.

Esto invita a pedir licores: pacharán, licor de hierbas, gin tonic, combinados con ron o ginebra… El consumo es muy diurno. Por otra parte, en España se sigue lo que se conoce como patrón mediterráneo, disfrutar de la bebida sin excesos.

Bebidas espirituosas, un negocio que deja en las arcas públicas 1.450 millones de euros

Los datos de la FEBE muestran que la industria de las bebidas espirituosas genera un valor económico de 7.588 millones de euros, un 0,17% del PIB, y una contribución al estado de 1.458 millones de euros en concepto de impuestos.

Ninguno de esos euros procedía de la botella protagonista de este artículo, la botella de whisky más cara de la historia, vendida recientemente por la casa de subasta Sotheby's por 1,5 millones de libras esterlinas, más de 1,7 millones de euros.

El consumo de bebidas espirituosas cayó en España un 1,3% con respecto al año anterior, hasta alcanzar los 215 millones de litros, frenando así una dinámica positiva de tres años de crecimiento. El motivo del descenso fue la mala climatología. El registro máximo de consumo en nuestro país se produjo en 2003, con 435 millones de litros.