30 de diciembre de 2019
Muchas marcas no saben bien que contestar cuando se les pregunta el motivo por el que tienen un perfil en Facebook o Twitter. La contestación más habitual sonará algo como porque es la tendencia o para vender más.
Lo cierto es que las redes sociales son “escaparates” que extienden la imagen de marca de la empresa, conectando con el cliente y dándonos la oportunidad de establecer una relación con el público objetivo. Así le podemos conocer mejor y darle lo que necesite. Sin embargo, este canal puede ser perjudicial para la marca si la estrategia de social media es aparatosa y no tiene en cuenta al usuario.
Plataformas como Spidwit nos ayudan a gestionar las redes sociales: buscan los contenidos más relevantes por nosotros y los publican en tantas redes como perfiles tengamos.
¿Pero hasta qué punto es esto bueno o malo para la marca? Esto es lo que vamos a estudiar en las siguientes líneas
El principal error de abrir una cuenta en las redes sociales es no pararse a pensar en lo que se necesita de las mismas. Muchas marcas simplemente abren la cuenta y empiezan a publicar, sin tener muy claro a dónde se dirigen.
Conviene tener en cuenta que ni todas las redes sociales son iguales, ni sirven para lo mismo.
La empresa debe haber llevado a cabo una segmentación del mercado para identificar perfiles y hábitos de tus clientes potenciales: habrá discriminado a su público en función de edad, género, gustos, ubicación, y un largo etcétera. En base a los resultados de este estudio, determinará que red o redes sociales se adaptarán mejor a los mismos.
No tiene sentido, por ejemplo, que la página esté llevando a cabo una estrategia de social media en Instagram, cuando Facebook podría irle mejor, o viceversa.
Parece lógico dejarse guiar por el dicho de cuanto más mejor. Sin embargo, cada red social requiere de un trabajo continuado: no es tan solo crear la cuenta, subir un par de fotos y subir de vez en cuando. Cada red social requerirá de una estrategia que comprenderá la publicación de contenidos, lanzamiento de campañas, control de crisis, eventos especiales, y mucho más.
Los recursos de las empresas son limitados, por lo que es complicado que puedan dedicarse a todas y cada una de las redes. Por ello, vale la pena que se centren únicamente en las que mejores resultados les van a dar.
Es el Community Manager el que debe escuchar las necesidades de la empresa, de cada situación, y llevar a cabo una estrategia de social media adecuada. Debe ser capaz de discriminar que es lo importante en ese momento, que se puede dejar para más tarde, y que no se hará nunca porque tan solo supondrá una pérdida de tiempo.
Puedes leer más aquí para encontrar otros de los errores más catastróficos que solemos cometer a la hora de manejar las redes sociales a nivel empresarial.