Redacción - 28 de diciembre de 2020
Sin duda, 2020 se ha convertido en un año marcado por la pandemia. El coronavirus ha dejado una huella imposible de borrar ya no solo a nivel de salud física, sino también a nivel de salud mental. Tanto es así, que la mayor preocupación de la población española a nivel de salud ya no es solo evitar el contagio de esta enfermedad, sino también evitar que su presencia les deje secuelas a nivel mental.
No es una gran sorpresa. Este año ha roto todos los esquemas, y solo hay que ver cómo en las calles es imposible ver a personas sin llevar una mascarilla, o cómo están las calles a partir de las 11 de la noche. Comparando esto con el escenario que había hace tan solo un año, las diferencias son obvias. Todo ha cambiado, y con todo también hablamos de las personas.
Con las navidades en pleno apogeo y 2020 apuntando a su final, llega el momento de mirar atrás y repasar cómo ha evolucionado todo el año. Lo que a comienzos de febrero parecía ser un año de lo más normal, ha ido derivando en una situación que ha puesto en jaque al mundo entero. Familias encerradas en sus hogares, negocios destinados al cierre, una economía que se tambalea y una preocupación creciente que empieza a ver la luz con la llegada de las vacunas a diferentes territorios.
Pero, ¿qué ha supuesto todo esto para la población a nivel de salud? La preocupación por el cuidado de uno mismo se ha disparado, y es algo que ha quedado claro ya no solo por ese afán por ejercitarse en casa o por querer hacer del hogar un lugar mucho mejor, ha quedado más que claro por el interés por hacerse pruebas y por querer cuidarse también a nivel mental.
Nos preocupa nuestra salud y el haber cogido esta enfermedad que tantos problemas ha traído, pero también nos preocupa haber cambiado nuestra perspectiva del mundo. ¿Cómo se vive en un país que ha pasado por una pandemia tan complicada? ¿Cómo se encara el día a día sin saber si se ha padecido o no el coronavirus? Eso es lo que ha hecho que las miradas se centren tanto en las PCR y, también, en la labor de los mejores psicólogos.
La demanda crece, al igual que la disponibilidad. Solo hay que echar un vistazo a cómo ha evolucionado la realización de pruebas PCR en Madrid para darse cuenta de ello. No solo se hacen en centros públicos, cada vez hay más clínicas privadas que ofrecen esta opción, tras ver cómo las personas lo demandan constantemente. Dan otra vía para salir de dudas rápidamente y sin tener que esperar a manifestar síntomas, pudiendo acudir para tener los resultados cuanto antes.
Centros como Life Length ofrecen la posibilidad de saber si se padece o no esta enfermedad. Ofrecen tanto PCR como tests adicionales para controlar la presencia de antígenos en el organismo. Además, también dan la posibilidad de rebajar el precio total por el servicio a través de promociones navideñas. De todos los centros privados que hay por la capital, son los únicos que dan una solución accesible y asequible, prácticamente al alcance de cualquier bolsillo.
Y es que, aunque en los centros públicos se están realizando pruebas PCR para el coronavirus, con resultados que no dejan de mostrar ciertas disonancias respecto a las cifras que se publican, estos centros privados también han querido ofrecer soluciones a quienes las buscan. Más y más personas quieren saber si son positivas para asegurarse, para saber si pueden estar con los suyos o tienen que aislarse. Porque toda precaución es poca, máxime cuando hablamos de algo que ha cambiado por completo nuestras vidas.
Está este centro, y también hay más que ofrecen opciones así. Al menos con el que hemos citado puedes solicitar cita online para hacerte una PCR sin tener que acudir a hospitales más tradicionales. En estos, la única forma de realizar la prueba es presentar síntomas o haber estado en contacto con un positivo. En los privados, en cambio, solo tienes que pedir cita y acudir. Una fórmula más que interesante dadas las circunstancias. Y es que, como decíamos, hay muchas personas que quieren hacerse la PCR para salir de dudas y vivir con algo más de tranquilidad.
Aunque se puedan realizar pruebas a petición sin tener que esperar, la mente no se encuentra tan tranquila como antes. Miremos a donde miremos, todo ha cambiado, y eso no hace más que provocar una incertidumbre que va pesando más y más con el paso del tiempo. Profesionales como el del Centro de Psicología Aquiles en Vecindario lo han notado claramente en estos últimos meses. La pandemia ha dejado huella a nivel social, y muchísimo más a nivel mental.
El miedo a ser contagiado, el miedo a haber estado en contacto con alguien y haber podido propagar la enfermedad. Es algo que se ha vuelto especialmente notable de cara a las navidades. Las familias afrontan las festividades más solitarias de su vida por culpa de esta pandemia. Fechas de celebración y jolgorio, pero sobre todo de reunión, que han cambiado por completo de tercio debido a esta enfermedad.
Algo que, entre otras cosas, también ha provocado ausencias. En definitiva, una vorágine de acontecimientos que pasan factura de una forma o de otra, y que incluso a las personas más resistentes les ha podido causar ciertos daños. Gestionar todo lo que trae consigo una pandemia mundial no es sencillo, y ha hecho que la demanda de servicios de profesionales en psicología crezca. Porque la salud no es algo que se limite solo a nuestro cuerpo, también abarca nuestra mente.
Un año difícil en todos los sentidos, uno que ha cambiado nuestras preocupaciones. Para muchos, el futuro sigue siendo todo un misterio, pero no por las mismas razones de antes. Por el miedo a no poder ser la misma persona, por el miedo a que todo esto nos haya cambiado como nunca.
