Redacción - 27 de mayo de 2022
Por su fama más bien reciente, algunos de los muchos entusiastas que hoy en día tiene el blackjack tienden a creer que éste es un juego nuevo, que lleva pocos años entre nosotros, cuando la evidencia demuestra que, en realidad, se trata de un modo de pasar el rato y apostar que viene de hace mucho.
Al igual que prácticamente cualquier otro juego de los que hoy podemos encontrarnos en el casino, del blackjack debemos decir que su nacimiento no está del todo claro, si bien hay informaciones suficientes como para darnos una idea sobre cuáles son sus antecedentes hasta el día de hoy.
Lo más interesante es que han sido variadas culturas las que han participado en el proceso tanto de creación como de difusión de este popular juego, uno de los que ha sido adoptado más rápidamente en casinos físicos como en algunos de los mejores casinos en línea, como en el caso de 22bet, y otros operadores populares.
La mayoría de los historiadores coincide en que el blackjack, al igual que mucho juego moderno que involucra cartas, tiene su nacimiento o primeras expresiones en la China antigua, mejor dicho, el imperio chino de diez años antes de Cristo, en el que se dieron los primeros juegos de azar con las características con las que los conocemos hoy, diversificándose luego en varios, como éste.
Los chinos fueron pioneros en sentar las bases de las apuestas con cartas, en momentos en que los más pobres no tenían otra manera de aumentar sus ingresos, y recurrían a estas partidas para que algún giro de la suerte les permitiera mejorar sus ganancias, y tener un nivel de vida superior.
Por otro lado, tampoco está de más aclararlo, ésta era una buena forma de divertirse para aquellos ciudadanos chinos, que no tenían acceso a las plataformas de entretenimiento que existen ahora.
Los siglos transcurrieron y los juegos de cartas se trasladaron a buena parte del mundo occidental, con especial énfasis en las clases sociales altas de la Francia anterior a la Revolución Francesa, instancias en las que las cortes solían reunirse para disfrutar de los juegos y apostar dinero. Paradójicamente, a diferencia de los chinos antiguos, aquí apostaban lo que sobraba.
Y podríamos decir también que en los castillos galos del siglo XVII surge el blackjack como tal, dado que se realizaban partidas de Vingt et Un, “21” en francés, lo que ya nos sugiere que estamos ante un antecesor directo del juego que nos involucra en esta ocasión.
Las similitudes entre aquella propuesta y la que se halla actualmente en los casinos es casi total. Entonces, ya había un croupier, aunque éste no tenía la potestad de doblar la apuesta como puede hacerse si uno quiere por estos días.
Por lo demás, las semejanzas eran evidentes, ya que se intentaba alcanzar los 21 sumando cartas, mientras que, si el repartidor contaba con 21 al entregar la baraja, debía triplicarse la manga.
De cara a los próximos años, y con las multitudes que se han volcado al blackjack priorizándolo por sobre otros juegos de casino, es de esperarse que sigan apareciendo en escena nuevas versiones del reglamento básico, cada una de ellas con pequeñas diferencias con respecto a las más conocidas.
Como queda claro, el blackjack ha evolucionado enormemente hasta nuestros días.
