Redacción - 7 de junio de 2022
El 5G ha contribuido a la generalización de la tecnología blockchain y de la inteligencia artificial, por lo que el 2022 se prevé un año de innovación digital acelerada en todo el planeta.
Mientras que Occidente ha estado siempre a la vanguardia en materia de avances tecnológicos, todo hace indicar que países asiáticos como China o India desempeñarán un papel más importante en este nuevo escenario, conocido popularmente como tecnología Web3.
La industria tecnológica india está preparada para aprovechar este cambio de tendencia, y en este artículo te explicamos por qué.
A principios de año, la India ya ocupaba el octavo puesto de países más importadores del mundo, con un 2,8 % de cuota de mercado. Sin embargo, estas cifras se dispararán en los próximos años.
Los analistas prevén que, en 2030, la India habrá escalado hasta los cuatro primeros países de la lista. El motivo principal es la gran demanda de los consumidores: un mayor nivel de ingresos provocará que más gente quiera adquirir los productos más avanzados, destacando los bienes tecnológicos.
Un consumo elevado alimenta la demanda y la financiación de nuevas ideas, ya que las empresas indias buscarán la manera de saciar a un mercado hambriento. Según datos del gobierno, esta tendencia ya se está imponiendo: la India registró 44 nuevas empresas tecnológicas valoradas en más de mil millones de dólares en 2021, en comparación con las nueve de 2019.
Y los expertos de la industria están animando al país a acelerar la marcha para satisfacer la creciente demanda de consumo de 2022.
La India y China son el motor de un cambio económico global hacia el este. Los rápidos avances en el Indo-Pacífico, con más de la mitad del crecimiento global previsto entre 2019 y 2050, supondrán que Asia se convierta en el continente más poderoso de la próxima década.
Este cambio se aprecia también en la expansión del PIB de los países del E7 (economías emergentes), entre los que se incluyen China, India e Indonesia. Se prevé que los países del E7 igualarán la participación del G7 en la demanda mundial de importaciones para 2050.
Aunque este horizonte parece un poco lejano, lo cierto es que la tendencia tendrá un impacto muy positivo en los mercados tecnológicos actuales de la región. La confianza a largo plazo en las empresas tecnológicas del E7 apunta a un futuro de color de rosa. Y como es sabido, los negocios fiables a largo plazo son más propensos a asumir riesgos y crear productos innovadores.
El aumento del nivel de vida en las sociedades occidentales supuso que muchas familias dejaran atrás su identidad de clase obrera a favor de una clase media cada vez mayor, cosa que muy probablemente se repetirá en la India.
La gente a la que los economistas tildan de «clase media» suele tener muchos más ingresos disponibles, que a menudo gastan en internet. Aunque ello pueda fomentar actividades potencialmente perjudiciales, como apostar en casinos online, también debería estimular el gasto en dispositivos como teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles. Son muchos los expertos que prevén un auge del consumo electrónico en la próxima década.
La confianza de los consumidores en los productos tecnológicos tiene un efecto cíclico: las empresas compiten por sacar nuevos productos tecnológicos al mercado y la clase media siente la necesidad de adquirirlos, ya sea por disfrute o por imagen. Esto, que ha ocurrido en países occidentales desde la década de 1950, se repetirá de forma similar en la India.
La economía del Reino Unido se ha visto muy afectada por su salida de la Unión Europea; de hecho, las cifras oficiales confirman que se encuentra por detrás de los principales líderes mundiales.
El brexit ha provocado que el Reino Unido deba buscar acuerdos en otras partes del mundo, lo que incluye un importante acuerdo con la India. La Resolution Foundation, un comité de expertos británico independiente, prevé que este tratado resulte muy beneficioso para la India, con un éxito similar al obtenido por el tratado firmado por China y Alemania en su día.
El acuerdo ofrecería a la India una ventaja competitiva en la exportación de servicios comerciales a las principales empresas de Londres, lo que estimularía el flujo de nuevas ideas tecnológicas de uno de los mayores centros tecnológicos del mundo. Además, el hecho de que en la India se hable tanto inglés es también una gran ventaja, ya que los trabajadores pueden moverse entre ambas economías sin problemas.
Los factores anteriores contribuyen a crear un panorama muy positivo para la industria tecnológica india, preparada para recibir una mayor demanda local y una fuerte inversión extranjera. Si consigue superar desafíos a corto plazo como el impacto de la COVID-19, el país tendrá unas perspectivas de futuro muy halagüeñas.
