Redacción - 20 de junio de 2022
Las lenguas son un entramado de normas gramaticales, características fonéticas y variedad léxica que manejan los hablantes. Dentro de estas, el léxico, o «lexicón», está formado por palabras de diverso origen que, poco a poco, se han incorporado a la lengua en cuestión. Por ejemplo, en el español disponemos de diversos extranjerismos, algunos de los cuales se han adaptado a la lengua española (como ocurre con numerosos galicismos que irrumpieron en la lengua en el siglo XVIII) o, por el contrario, son extranjerismos crudos o no adaptados (como ocurre con numerosos anglicismos actuales).
Dentro de estos últimos, quizás los anglicismos relacionados con la tecnología sean los más importantes. Entre otras, los extranjerismos son un síntoma que da muestra de la superioridad científica y tecnológica de una sociedad frente a otras. Dado que desde el siglo XX Estados Unidos ostenta el liderazgo mundial, no es de extrañar que su lengua, el inglés, penetre en las lenguas del todo el mundo. Por esta razón, realizar cursos de inglés en internet es una práctica común entre estudiantes y trabajadores del sector tecnológico, que deben conocer en profundidad la lengua hegemónica del campo.
En realidad, hasta mitad del siglo XX los textos relacionados con el mundo científico y tecnológico se publicaban en diversas lenguas: inglés, francés, ruso, alemán... Sin embargo, a partir de los años 70 el inglés se impuso en la jerga tecnológica y, en general, en los textos relacionados con esta disciplina. Ello se explica por diversas razones, siendo una de las principales la importancia de los desarrolladores y científicos de origen estadounidense en el campo.
En la actualidad, el estudio de carreras relacionadas con la tecnología y las ciencias implica un conocimiento profundo de la lengua inglesa. Los códigos informáticos, la publicación de textos científicos o los congresos y reuniones de los grandes profesionales del mundo tecnológico se llevan a cabo en inglés. Además, incluso en ámbitos no necesariamente relacionados con la educación superior, los hablantes recurren de manera constante a anglicismos (hacker, software, hardware), los cuales carecen de traducción.
No obstante, existen otras razones que justifican el uso del inglés como vehículo comunicativo global en el ámbito tecnológico. En un mundo globalizado en el que expertos de todo el mundo se comunican entre sí, es crucial disponer de una lengua común que permita la comprensión mutua y el intercambio de mensajes. Asimismo, el inglés es una lengua «sencilla» de aprender, en la que la existencia de tiempos verbales irregulares es prácticamente inexistente (por ejemplo, si la comparamos con lenguas de origen latino, como el español o el francés).
Como consecuencia de lo anterior, el estudio de idiomas en el ámbito tecnológico-científico, así como en otras disciplinas, es fundamental para obtener un profundo conocimiento y acceder a ciertos puestos de trabajo. El inglés fue la lengua utilizada durante el auge de la tecnología, razón por la que existen numerosos extranjerismos de origen inglés referidos a una realidad tecnológica.
Además, cada vez son más las voces que alertan sobre la necesidad de aprender otras lenguas que se deben sumar al inglés, como ocurriría con el español, el chino o el árabe.
