Redacción - 5 de septiembre de 2022
La idea es plantear un aire de regeneración en el comercio tradicional sevillano. El ayuntamiento de la ciudad acaba de lanzar un proceso de contratación pública para crear un Marketplace en el que se reúnan todos los mercados de abastos de la capital hispalense para vender sus productos.
Si bien es cierto que la llegada de los supermercados supuso una amenaza real para este tipo de establecimientos, también cabe reseñar que fue precisamente ese mismo golpe de competencia el que sirvió de estímulo para que se modernizaran. En aquel momento los mercados de abastos se vieron obligados a mejorar sus instalaciones y a ampliar la diversidad de sus productos; hoy toca dar el salto a la transformación digital.
Con esta casilla de salida, el consistorio capitaneado por el socialista Antonio Muñoz pretende trasladar la identidad de estos espacios a una plataforma de comercio electrónico que permita llegar a más compradores y que genere mayores beneficios en el tejido comercial sevillano. Las delegaciones de Modernización Digital y Comercio han publicado de manera conjunta esta licitación al calor de una partida presupuestaria que ronda los seiscientos mil euros.
A la espera de que se designe una empresa adjudicataria, lo que parece seguro es que este próximo marketplace saldrá a luz al cabo de un par de años de desarrollo. Su función será tan sencilla como útil: llevar a cabo el proceso de venta y distribución de los productos de los puestos que formen parte de las plazas de abastos de la capital y quieran integrarse en esta iniciativa. No en vano, el objetivo pasa por incluir en la web un amplio repertorio de productos clasificados en diferentes categorías y un listado completo de los placeros adheridos al proyecto.
Las facilidades también se extenderán al modo de acceso, y es que los usuarios que deseen comprar en esta plataforma podrán hacerlo desde cualquier dispositivo con conexión a internet, ya sea un ordenador de sobremesa, un portátil o un teléfono móvil. Además, para simplificar el proceso a la hora de tramitar el pedido, podrán recibirse en un solo envío productos provenientes de diferentes puestos. Todo ello, como no podía ser de otro modo, con la posibilidad de elegir entre varias modalidades de pago.
Este nuevo espacio de comercio electrónico se ocupará asimismo de cubrir plenamente el proceso de comercialización, por lo que el vínculo de los placeros con las figuras del repartidor y el administrador de pedidos será muy estrecho.
Para que todo esto acabe haciéndose realidad, las empresas que decidan postularse a la licitación tendrán que aportar todos los elementos de software y hardware necesarios que permitan el funcionamiento adecuado del sistema. Máxime, teniendo en cuenta que un marketplace de estas características lleva aparejado el manejo de un amplio volumen de información y de gestiones asociadas.
En este sentido, se hace imprescindible que la inversión en ciberseguridad ocupe un papel predominante, siempre bajo la tentativa de salvaguardar los datos personales del consumidor y evitar así que estos queden expuestos en la red ante terceras personas. Para dar cauce a este propósito lo ideal es seguir el modelo de protección tecnológica más avanzado que existe, que no es otro que el que llevan años empleando entornos digitales tan punteros como las entidades bancarias y las plataformas de juegos de azar, acostumbrados a vehicular un flujo de datos constante.
En el primero de los casos, destaca sobre todo el uso de diferentes métodos de cifrado, que se encargan de mantener a salvo contenido tan sensible como el número de la cuenta bancaria de un cliente o sus contraseñas privadas. Los bancos de nueva generación suelen recurrir al denominado certificado TLS (Transport Layer Security), una herramienta cuya función es la de cifrar los datos personales que viajan desde la web hasta el servidor para que así nadie pueda tener acceso a ellos.
Por su parte, la industria del juego también destaca por intensificar sus mecanismos de software en favor de la privacidad de los usuarios. De hecho, un casino nuevo que presuma de ser un sitio seguro debe hacer uso del sistema KYC (Know your customer), que es un protocolo de verificación de identidad evita que se produzcan fraudes de suplantación de cuentas. El proceso es sencillo: el casino en cuestión se encarga de solicitar al jugador toda la documentación necesaria para confirmar que este es quien dice ser. En algunas ocasiones, el usuario deberá someterse incluso a controles biométricos como el reconocimiento facial y de huellas dactilares. Con este par de medidas contra la piratería informática no resulta extraño que el ayuntamiento de Sevilla haya tomado buena nota para su próximo marketplace.
La delegada Clara Isabel Macías ha declarado al respecto que se trata de una iniciativa que llega para reforzar de forma directa la dinamización de las compras, así como para ajustar los mercados de siempre a las necesidades de los clientes de ahora, frenando de este modo el aumento de la brecha digital.