8 de marzo de 2023
A la hora de cambiar el color y la estética de un coche, tenemos varias opciones. La primera que se nos viene a la mente es pintarlo, pero, en la actualidad, también disponemos del car wrapping, que es la forma en la que se denomina a aplicar láminas de vinilo sobre la carrocería.
De este modo, podemos comprar vinilo coche y colocarlo nosotros mismos (se puede hacer en zonas pequeñas), aunque lo mejor es que acudamos a un servicio profesional, ya que no resulta fácil de colocar si no tenemos experiencia.
Cambiar de color a un vehículo no es barato si optamos por la pintura, por el hecho de que si queremos hacerlo bien hay que desmontar el coche y llevarlo a un sitio especializado para que se haga de forma correcta, pues pintar un automóvil no es nada fácil.
Además, será muy complicado que la pintura quede como la original, debido a que el proceso de pintado no es el mismo en una fábrica de coches que en un taller de chapa y pintura.
Con el vinilado, solo es cuestión de un par de días y, con la ayuda de un buen profesional, el resultado será perfecto, por no hablar de los cientos de colores, efectos y tonalidades que ofrece el vinilo y que no existen en la pintura.
Por mucho cuidado que tengamos a la hora de aparcar, con el paso del tiempo nos vamos a encontrar con desperfectos en la pintura. A los demás no les importa nuestro coche y por eso veremos raspones en las puertas, parachoques, etc.
Esto se evita con la técnica del car wrapping, puesto que añade una especie de piel a la carrocería que la acaba protegiendo tanto de los roces como de los actos vandálicos.
Los desperfectos de los que hablábamos antes deterioran el vinilo, pero esto no importa demasiado, pues ya se venden autorreparables.
Aplicando calor con una pistola, o incluso con el calor del sol si estamos en primavera o verano, esas rozaduras o pequeños agujeros se cierran solos, como por arte de magia. Así, el coche siempre lucirá perfecto a no ser que el daño sea de grandes dimensiones.
Una de las mayores ventajas de esta técnica es que cuando nos cansamos del vinilo, se ha deteriorado demasiado o queremos vender el coche, se puede retirar como si fuese una pegatina.
No afecta para nada a la pintura y no deja residuos, aunque, si lo hiciese, se irían con un poco de agua y jabón, emergiendo así la pintura intacta de nuevo, sin roces, desgastes por el sol, desperfectos por la gravilla, etc.
El car wrapping es una técnica con la que se aplican láminas de vinilo al coche. Se pueden poner solo en una parte o cubrir toda la carrocería, protegiendo el metal y permitiendo cambiar por completo la estética del automóvil por un precio inferior al de la pintura.