Miguel Ángel Olimpo - 16 de mayo de 2023
En el centro de México hay infinidad de lugares para comer. El DF destaca por sus miles de puestos de comida callejera autóctona que salva oportuna y valientemente cuando el hambre aprieta, sin importar la hora o el preciso lugar.
Los habitantes de Ciudad de México no pueden resistir la tentación de comer en este tipo de establecimientos, ya sea sentados en una banca, de pie mientras sostiene el plato con una mano y la bebida con la otra, casi haciendo malabares o en bellos restaurantes adornados con motivos tradicionales.
Una de las características de la comida del centro del país (y de casi toda la nación mexicana) es la gran variedad de sabores, colores y aromas. Cada plato está bellamente presentado y regado suficientemente con salsa casera y, por supuesto, chile picante.
Algunos restaurantes o puestos callejeros ofrecen, además, innumerables ingredientes como pimienta, chile en polvo, cremas variadas para acompañar la comida y muchas bebidas tradicionales como una michelada, agua de limón, tejuino, agua de horchata o cebadina. Esto son los platos más populares del centro de México:
Se trata de un plato cuyo origen se remonta a la época prehispánica. Su nombre en idioma náhuatl significa difícil de preparar o laborioso. Se hace con una base de masa de maíz, generalmente hecha con mazorcas de granos blancos o azules a la cual se le da forma alargada y de romboide.
Este bollo de maíz se rellena con frijoles negros o rojos, habas, papas, requesón y/o chicharrón prensado (molido) y se cocina o asa con un poca de grasa de cerdo en un comal o parrilla.
Se sirve con salsa verde (muy tradicional de la cocina mexicana) o roja, cilantro, cebolla picada y queso rallado. Los comerciantes de los puestos de comida a lo largo de México DF suelen tener los tlacoyos precalentados en el borde del comal.
De esta manera, están casi listos para servir y al llegar el cliente solo queda el punto final de cocción sobre las brasas.
Una de las comidas más variadas de México son las quesadillas. En la Ciudad de México y el resto del centro de la nación, estas pueden hacerse con queso y un guisado como tinga de calle o pollo, picadillo, chicharrón prensado, papas, flor de calabaza, huitlacoche, setas o champiñones. Sin embargo, en los demás estados se preparan solo con queso.
Son tortillas de maíz dobladas por la mitad y asadas en un comal. En algunas partes de Ciudad de México se sirven con lechuga, salsa roja o verde y queso rallado. Si se fríen, se les puede añadir nata.
Es mejor consumirlas en cuanto se elaboran, ya que dependiendo del relleno, se humedecen, pierden sabor y textura e incluso, comienzan a sentirse grasosas.
Cabe aclarar que, a pesar de prepararse con mayor frecuencia con masa de maíz, en algunos restaurantes también se pueden ver quesadillas hechas con harina de trigo y rellenas de ingredientes como queso y jamón o chorizo.
Es un plato hecho de masa de maíz, con forma de círculo, un grosor de medio centímetro y pequeños "pellizcos" en los bordes que forman una hendidura para evitar que se salga el relleno de su interior.
Se suelen servir en sopes sencillos de frijoles refritos con queso rallado, cebolla, salsa y, en ocasiones, nopales o lechuga por encima y bañados en nata. Se cocinan en un comal o plancha.
Estos antojitos de la cocina del centro de México se hacen con masa de maíz y se aplastan. Son de gran tamaño y miden, aproximadamente, unos 30 centímetros de largo y entre 10 y 15 centímetros de ancho. Algunos se rellenan con frijoles refritos.
También se pueden conseguir más simples solo con lechuga, salsa verde o roja, queso rallado o hechos con cualquier tipo de guiso de carnes o aves que se tengan a mano. Los huaraches se venden en tiendas especializadas y suelen acompañarse de enormes quesadillas que se cocinan en un comal y tienen el mismo tamaño que estos.