
30 de mayo de 2023
Esperar en una sala de espera puede generar insatisfacción... o todo lo contrario. La clave es convertirlo en un momento de relajación, desconexión y agrado para quien espera. ¿Cómo se pueden generar esas sensaciones y no las contrarias?
A nadie le gusta estar de plantón. Actualmente, con las agendas repletas y multitud de asuntos por hacer, cuando uno tiene que esperar se pone a la defensiva. Esto es percibido como una pérdida de tiempo que altera la planificación de una persona.
Son instantes críticos capaces de poner en cuestión la adhesión a una marca. Ahora bien, también constituyen una oportunidad para producir el efecto contrario. Si se ofrece una sala confortable, acogedora, concebida para desconectar, los presentes se sentirán a gusto y aprovecharán esos minutos para tomarse un paréntesis regenerador que les insufle energía.
Si esto ocurre, asocian ese momento agradable a la empresa que ha sido capaz de generarlo. En esa situación, el tiempo pasa rápido y el ánimo entra en modo positivo. Cuando alguien se siente bien tratado, su fidelidad y conexión con la marca aumenta.
Hay cinco pautas que favorecen el bienestar y la comodidad del público en una sala de espera. De este modo, los clientes se sentirán bien en ella y experimentarán una corriente de simpatía hacia la organización en cuestión.
Elegir mobiliario de calidad, cómodo, práctico y duradero. Distribuir sofás para oficina y sillones en los que apetezca estar y, si el espacio lo permite, ubicar alguna mesa o escritorio para trabajar.
La armonía cromática es clave para generar un ambiente tranquilizador. No en vano, los colores influyen en las emociones humanas. Los tonos neutros, los azules suaves y el blanco, que evoca serenidad, calma y limpieza, son estupendas opciones.
También las luces deben invitar al bienestar, la serenidad y el relax. Para ello, seleccionar colores cálidos con una intensidad moderada y evitar las zonas de penumbra. En lo posible, adaptar su presencia a los distintos usos de cada localización: puntos de lectura, zona de tertulia, área de equipos electrónicos...
Hoy en día, el acceso a internet se convierte en esencial cuando es preciso esperar. Por tanto, invitar a los presentes a acceder al wifi y anunciar sus claves de un modo visible. Tener en cuenta que cuando el público activa sus móviles, tablets o portátiles, la espera le parece muchísimo más corta.
La coherencia corporativa es irrenunciable. Aplicar el estilo y los valores diferenciales de una compañía al decorar la sala de espera, ya que es un factor útil para fidelizar clientes. Algún imagotipo o logo —colocado sutilmente y con elegancia—, frases inspiradoras, prototipos o muestras de productos tienen cabida e influyen positivamente. Sobre todo, asegurarse de que la imagen proyectada refuerza la identidad corporativa.
Amueblar la sala de espera es, en consecuencia, una oportunidad estratégica para agradar a los clientes. Y recurrir a uno de los especialistas líderes en muebles de oficina, como Officinca, es una de las mejores decisiones para acertar.