8 de marzo de 2024
Hoy en día, tanto empresas como particulares han mostrado su interés por instalar placas solares. Estas contribuyen a ser más sostenibles, depender menos de las distribuidoras eléctricas y paliar la huella de carbono.
La huella de carbono identifica la cantidad de emisiones de GEI que son liberadas a la atmósfera como consecuencia del desarrollo de cualquier actividad. Este indicador permite identificar todas las fuentes de emisiones de GEI y establecer, a partir de este conocimiento, medidas de reducción efectivas.
En este mismo sentido, comienzan a dirigirse las políticas energéticas de la Unión Europea, en su hoja de ruta 2030, donde el autoconsumo desempeña un papel fundamental para lograr los objetivos de reducción de emisiones y de dependencia energética exterior.
La energía solar fotovoltaica juega un papel fundamental en la descarbonización de Europa. La Unión Europea está comprometida con el desarrollo de esta tecnología y la promoción de sistemas fotovoltaicos con baja huella de carbono. La implementación de incentivos será crucial para alcanzar los objetivos climáticos y construir un futuro energético más sostenible.
De este modo se reforzará la importancia de reducir la huella de carbono en la producción de energía solar, incentivando tecnologías de bajo carbono y sistemas fotovoltaicos sostenibles mediante ayudas, exenciones fiscales y priorización en licitaciones.
Además de los fondos Next Generation, que se destinan a fomento de esta índole de proyectos, de entre todas las propuestas que se están barajando en Bruselas, algunas de ellas van dirigidas a destinar ayudas y subvenciones solamente a aquellas tecnologías que demuestren un bajo impacto en la huella de carbono. Entre ellas, solo aquellos sistemas de autoconsumo que incorporen paneles solares "free carbon" (baja huella de carbono) podrían disfrutar de dichos incentivos y desgravaciones.
En las próximas semanas se deberán ir conociendo las medidas finales a adoptar por la Comisión Europea para el plan de recuperación.