13 de marzo de 2024
Virginia Belmar, responsable de área de consultoría en Grupo Carrillo, brinda un artículo excepcional sobre la semana dedicada a la Mujer, y en concreto el día 8 de marzo de 2024, en el que se celebra el Día Internacional de la Mujer, una fecha que recuerda todos los logros alcanzados y la importancia de seguir luchando por la igualdad de género en todos los ámbitos de la sociedad actual con el fin de que en un futuro sí se pueda alcanzar una igualdad real que garantice una sociedad más justa.
Para ello, las mujeres y las niñas son, sin duda, el motor del cambio social, ya que su participación activa en todos los ámbitos de la vida es fundamental para el progreso y desarrollo de cualquier país.
La igualdad de género no solo es un derecho humano fundamental, sino que es uno de los pilares esenciales para construir un mundo pacífico, próspero y sostenible. A nivel europeo se han conseguido grandes avances durante las últimas décadas, pero el mundo sigue muy lejos de alcanzar la igualdad de género para 2030.
Pese a que las mujeres y niñas constituyen la mitad de la población mundial y, por tanto, también la mitad de su potencial, la desigualdad de género prevalece y estanca el progreso social.
Actualmente, las mujeres ganan menos salario que los hombres en el mercado laboral mundial y dedican el triple de horas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que ellos.
Sin poder olvidar que la violencia y la explotación sexuales, el reparto desigual del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados y la discriminación en los cargos públicos siguen suponiendo enormes obstáculos para el avance y el progreso social de la mujer.
La igualdad de género es un objetivo transversal y debe ser un elemento clave en las políticas sociales, empresariales y en los presupuestos institucionales.
Gracias a los compromisos internacionales para promover la igualdad de género se puede afirmar que se ha avanzado mucho en algunos ámbitos: como por ejemplo en el caso de la representación de la mujer en la esfera política, que actualmente es mayor que nunca.
El pasado año 2023, España se convirtió por primera vez en su historia, en el cuarto país de la Unión Europea con mayores progresos en igualdad entre mujeres y hombres, según el índice de Igualdad de género elaborado por el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE) y consiguió subir dos puestos en el ranking con respecto al año anterior, situándose solamente por detrás de Suecia, Países Bajos y Dinamarca, y adelantando por primera vez a Francia y Finlandia.
Según el ranking del EIGE, en 2023, España alcanzó los 76,4 puntos, aumentado su puntuación en 1,8 puntos respecto al año anterior. En este ranking tan solo Suecia supera los 80 puntos (82,2), mientras que en las últimas posiciones se sitúan Rumanía, Hungría y la República Checa, con menos de 60 puntos.
Aun así, sigue sin cumplirse la promesa de un mundo en el que todas las mujeres disfruten de plena igualdad de derechos y en el que se hayan eliminado todas las barreras jurídicas, sociales, económicas y laborales que impiden su empoderamiento.
Actualmente, la igualdad de género se ha convertido en el objetivo ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) que más implementan las empresas, según concluye el IV Barómetro DCH sobre la Gestión del Talento en España. De este modo se observa cómo las empresas españolas son conscientes de su importante papel a la hora de romper las barreras de género.
Para ello, las empresas españolas deben levantarse como auténticas líderes en la creación de un entorno inclusivo e igualitario. Una parte significativa de las grandes y pequeñas empresas ha declarado ya su apoyo y su lucha por conseguir entornos de igualdad real entre sus profesionales y ese trabajo se ve reflejado en sus cifras y logros.
Ese reto, que más que desafío se puede entender como la esencia cultural de cada entidad, se materializa en diversas acciones, como pueden ser: la elaboración de Planes de Igualdad, la implementación de revisiones de la política salarial de cada empresa, la realización de charlas sensibilizadoras y jornadas en las que se lleven a cabo actividades educativas en materia de igualdad de género y la implementación y elaboración de protocolos de prevención y actuación contra los distintos tipos de acoso…
Existen numerosas formas en las que las empresas pueden conseguir procesos, sistemas, herramientas y políticas imparciales e inclusivas, y mejorar, aún más, su gestión del talento e igualdad salarial.
La realidad es que, hoy en día, las mujeres están altamente preparadas y formadas para conseguir aquello que se propongan. Por ello, ayudarlas a seguir ese desarrollo de capacidades ya muestra el camino que quieren seguir las mejores empresas españolas, que diariamente realizan acciones enfocadas a incrementar el poder personal de su plantilla para lograr un equilibrio entre el ámbito personal y el profesional y que tienen como fin impulsar el talento femenino, reforzar el liderazgo de las mujeres e incrementar su participación en las esferas de decisión.
Ya que la igualdad de género es fundamental en el ámbito laboral, aunque se haya avanzado en este aspecto, todavía existen muchas situaciones de desigualdad en el trabajo. Las personas que ocupan los puestos directivos en las empresas deben de saber que la igualdad de género no solo beneficia a las mujeres, sino a todos. Cuanto más equitativas son las organizaciones desde el punto de vista de género, mejor es para su plantilla, que podrá trabajar en un entorno agradable y equitativo, lo cual conlleva una mayor satisfacción laboral y una mayor productividad.
Por ello, la inclusión de género debe centrarse tanto en los hombres como en las mujeres, ya que involucrar únicamente a una parte de la fuerza de trabajo probablemente tendrá resultados reducidos y la mejor herramienta de la que disponen las empresas para lograr este objetivo es la concienciación y formación en igualdad de género de todo su personal, porque este tipo de formaciones son esenciales para que la sociedad avance, siendo así un proceso transformador que tiene como objetivo proporcionar conocimientos, técnicas y herramientas para desarrollar habilidades y cambios en las actitudes y comportamientos de las personas. Es un proceso que debe ser continuo y conllevará numerosos beneficios a los resultados de cada empresa, ya que ayudará significativamente a la creación de un buen entorno laboral.
La formación en igualdad de género es una herramienta, una estrategia y un medio para llevar a cabo una transformación individual y colectiva mediante la sensibilización y el fomento del aprendizaje, la creación de conocimientos y el desarrollo de habilidades. Ayuda a las mujeres y a los hombres a comprender el papel que desempeña el género y a adquirir los conocimientos y las competencias necesarias.
Por todo ello, la igualdad de género no es solamente un imperativo ético, sino una prioridad empresarial. Las acciones integrales, que son favorables a la familia, apoyan a todos los géneros y están libres de prejuicios, son la mejor manera de atraer y retener a los mejores talentos, proporcionando la ventaja definitiva a cada negocio. La igualdad de género beneficia a los países, las empresas, los individuos y las familias.
Por ello, en Grupo Carrillo, apoyan este tipo de políticas y acciones empresariales y cuentan con personal especializado en la materia que facilitará el cumplimiento de cualquier objetivo que se pueda proponer toda organización laboral.