8 de julio de 2024
La reciente ley de Bienestar Animal ha puesto sobre la mesa un debate que no se había dado hasta el momento en España: ¿es necesario que todos los perros cuenten con un seguro de responsabilidad civil?
Más allá de la opinión de cada persona, lo cierto es que la normativa obligará a hacer un seguro RC para mascotas una vez que se apruebe el reglamento, que está previsto para finales de este año.
¿Cuáles son los motivos que utilizan desde el estado para justificar la contratación de este nuevo producto? ¿Qué cubrirá este nuevo seguro? Respondemos algunas de las preguntas que los sevillanos se hacen sobre esta norma que está por llegar.
Hasta el momento de la aparición de la nueva ley, solo unos pocos titulares de perros tenían la obligación de contratar un seguro en nuestro país: quienes poseían perros considerados potencialmente peligrosos.
Algunas razas como el pitbull, el dogo argentino o el rottweiler tenían que estar asociados a una póliza por los daños que estos animales pudieran causar a terceros, tanto personas como bienes materiales.
Esto se extiende ahora a todos los perros, sea cual sea su raza, tamaño y condición: el objetivo estatal es evitar problemáticas habituales como las que se dan cuando un vecino es mordido por un perrito pequeño o cuando en la comunidad se perciben destrozos causados por el pis o los dientes del animal.
Solo hay una excepción: los perros destinados a la caza. Estos, por ser considerados "material de trabajo", estarían exentos del seguro.
¿Tiene algún punto bueno esta obligación? La mayor parte de la sociedad se ha tomado la noticia de la nueva ley como un castigo para los dueños de perros. Sin embargo, un análisis más profundo de las intenciones de la normativa demuestra que es todo lo contrario.
El seguro protege a los dueños y a las mascotas de las mordeduras de otros perros, cubre cualquier problema que pueda causar el animal y, además, ofrece defensa jurídica al afectado en caso de tener que ir a tribunales.
Más allá de esto, el seguro de mascotas también puede ofrecer coberturas adicionales: muchos de ellos cuentan con unos básicos veterinarios que entrarían dentro de la póliza y que, en caso de accidente, suponen un alivio económico para las familias, sin que esto vaya en detrimento de la salud de la mascota.
Por último, una vez que el reglamento entre en vigor, tener un seguro que respalde a la mascota y a sus propietarios será la única manera de ahorrarse las multas relacionadas con el incumplimiento de esta obligación.
Según se ha publicado hasta el momento, las sanciones podrán ir desde los 500 hasta los 10 000 euros, dependiendo de si solo se advierte que no se tiene seguro hasta aquellos casos en los que el perro provoque daños y no haya una aseguradora detrás para hacerse cargo de los mismos.