11 de septiembre de 2024
Ya estamos inmersos en septiembre y con este mes llega de nuevo la vuelta a la rutina. Se han acabado las vacaciones para muchos y eso significa que, aquellos afortunados que han disfrutado de alguna escapada fuera de su residencia habitual, tienen que volver a casa.
Dejando de lado lo que puede suponer el final de las vacaciones y la vuelta al trabajo, son muchos los que esperan con ansia el regreso a su casa, con todas las comodidades que desean y necesitan. Pero volver a casa también puede suponer enfrentarse a algunos riesgos, sobre todo en aquellos casos en los que la vivienda lleva ya un tiempo cerrada.
Sin embargo, no es necesario alarmarse, ya que existen diversas medidas preventivas que se pueden adoptar para proteger la vivienda al retomar la rutina. Además, contratar un seguro del hogar con Verti puede ser una excelente opción para minimizar los daños en caso de que surjan imprevistos que no se hayan podido evitar.
A continuación, exploraremos las distintas situaciones que podrían presentarse. ¿Nos acompañas?
Hay quienes piensan que una casa cerrada no corre ningún riesgo a nivel interno, es decir, que al no haber uso, no existe la posibilidad de que ocurra alguna avería. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Vamos a ver algunos supuestos que pueden darse cuando se vuelve a abrir una vivienda que lleva un tiempo cerrada.
Es cierto que una vivienda es vulnerable a robos en cualquier momento y que durante las vacaciones, al estar desocupada, puede parecer el momento más propicio para que los ladrones intenten entrar. Si bien esto es verdad, también hay que tener en cuenta que con el regreso a casa se suman algunos factores que pueden hacerla más atractiva para los intrusos, como la presencia de más artículos de valor o un acceso más fácil, dado que, en ocasiones, se relajan las medidas de seguridad. Es por eso que es recomendable contar con seguros todo riesgo para el hogar durante todo el año.
Después de un tiempo sin ser utilizados, es posible que alguno de los electrodomésticos del domicilio pueda estar defectuoso, haberse dañado o, incluso, llegar a deteriorarse una vez se vuelva a utilizar.
Lo más aconsejable para evitar que este tipo de situaciones llegue a darse es desenchufar totalmente todos los electrodomésticos que sea posible, ya que aunque estén apagados, si hay algún tipo de avería o cortocircuito en el sistema, puede repercutir en su funcionamiento.
Los meses de verano pueden suponer la aparición de daños tanto en las puertas como en las ventanas de una casa, haciendo, por un lado, que sea más sencillo el acceso al interior, con el riesgo que esto supone, además de ser un daño material en sí mismo.
Estos deterioros pueden venir por dos tipos de causas, por un lado, por vandalismo causado durante la ausencia; mientras que otra de las razones puede ser la exposición prolongada a los rayos solares y las elevadas temperaturas, por ejemplo, condiciones que pueden dañar algunos materiales de ambas aperturas.
Un accidente puede ocurrir en cualquier lugar, por lo que en el hogar es uno de los más comunes, ya que es uno de los sitios donde más tiempo pasamos.
Una caída, una quemadura, un golpe o cualquier otro daño que pueda ocurrir, tanto a las personas que habitan la vivienda como a los visitantes, es un riesgo muy habitual que hay que tener en cuenta.
Es difícil evitar este tipo de riesgo más allá de recomendar tener cuidado y prestar atención a todos los elementos de la propia vivienda.
Volver a utilizar suministros que llevan tiempo sin usarse también pueden llegar a suponer un daño. Por ejemplo, abrir de nuevo la llave del agua y dejar que esta pase por las tuberías puede mostrar fugas causadas durante el verano, con las consecuencias que esto puede tener.
Por otro lado, subir de nuevo los plomos puede suponer un problema bastante similar, llegando no solo a causar daños a nivel general en el sistema, sino los comentados anteriormente en relación con los electrodomésticos.
Ahora bien, lo recomendable en estos casos, aunque existan estos riesgos, es, si es posible, apagar los sistemas que no van a estar en uso durante la ausencia.
Lo cierto es que hay riesgos que es muy complicado evitar, ya que no dependen de manera directa de las acciones personales de los propietarios o inquilinos de una vivienda, sino que responden a circunstancias externas, sean del tipo que sean.
Lo que sí se puede controlar es el hecho de contar con la posibilidad de disponer de todo lo necesario para minimizar las consecuencias de estas situaciones, como es el caso de los seguros multirriesgo, que ayudan a proteger la vivienda, ofreciendo las coberturas necesarias en caso de que se presente algunas de los supuestos mencionados en el apartado anterior.