8 de noviembre de 2024
El pasado miércoles 30 de octubre tuvo lugar en Madrid un acto de homenaje al que fuera proprio seleccionador nacional de futbol, don Vicente del Bosque. El mismo tuvo lugar en los salones del Hotel Sancho, sito en el Paseo de las Delicias de la capital madrileña, dando inicio a las 12 horas.
El acto tenía como fundamento la profunda ligazón personal y familiar que el señor del Bosque ha tenido siempre con el mundo del ferrocarril. A través de su vinculación familiar y dadas sus amplias vivencias de infancia ligadas al entorno ferroviario, nuestro ex seleccionador nacional se ha sentido unido desde joven al devenir de este medio de transporte.
De ahí que el Museo del Ferrocarril III Generaciones, con sede en Ircio (Miranda de Ebro – Burgos) tomara la decisión de prescindir de un significativo objeto de cuantos componen su amplia colección, obsequiando a don Vicente, a modo simbólico, con una antigua “briqueta” de carbón. Como es sabido, las “briquetas” eran unas grandes tabletas de carbón comprimido con las que se alimentaba el hogar de las antiguas locomotoras de carbón para su funcionamiento al frente de los convoyes.
Se inició el acto con la presentación hecha por don José Manuel Muñoz, quien enmarcó el acto ante los presentes. Tras ello, intervino el conocido abogado don Fernando Chávarri, gerente de la Fundación del Patrimonio Ferroviario, con sede en Madrid, la cual daba soporte al acto, tras disponer lo conveniente a fin de que el homenaje previsto pudiera desarrollarse en la capital. Chávarri no dudó en referirse al componente emocional que subyacía en la gestación y desarrollo de aquel acto, al permitir a todos los presentes recuperar recuerdos y sensaciones de otras épocas personales.
Acto seguido, tomó la palabra don José Miguel Fernández Sastrón (reconocido compositor, exmarido de Simoneta Gómez-Acebo y expresidente de la Sociedad General de Autores - SGAE), en su calidad de vicepresidente de la citada Fundación del Patrimonio Ferroviario. A través de su intervención, quiso manifestar la firme voluntad con que esta había respondido a la posibilidad de dar la necesaria cobertura para hacer posible un acto como el que se estaba desarrollando y al que tanto era acreedora una figura como don Vicente del Bosque.
Entrando ya en la propia materialización del acto de entrega, tomó la palabra don Julio Armando García Mendoza, de quien había partido la idea del homenaje que se estaba tributando, en calidad de director del citado Museo del Ferrocarril III Generaciones. Calidad que ostenta, simultáneamente, con la de delegado en Castilla y León de la Fundación del Patrimonio Ferroviario.
Don Julio puso de manifiesto que a través de esta iniciativa había querido contribuir humildemente a transmitir a don Vicente el afecto y la admiración que el conjunto de la sociedad española, aficionada o no al fútbol, le tributa, tanto en virtud de su elevada y reconocida calidad humana como de las grandes glorias que ha sido capaz de alcanzar para España en el terreno deportivo.
Llegados a este punto, y puestos en pie los asistentes, se dirigió Julio Armando García al señor del Bosque, haciéndole solemne entrega de la “briqueta” que constituía el obsequio, en nombre del Museo del Ferrocarril III Generaciones. No limitándose aquí el desarrollo del acto, el propio García Mendoza anunció también la voluntad del Museo de tener un detalle con su esposa, Trinidad López, la cual le acompañaba. Así, a continuación, hizo entrega a esta de un recuerdo de la entidad museística burgalesa, consistente en una locomotora metálica de carácter decorativo.
Recibido el obsequio por don Vicente, entre los acalorados aplausos del público presente en el acto, quiso este agradecer a don Julio y al Museo del Ferrocarril III Generaciones, así como a la Fundación del Patrimonio Ferroviario, la realización de tan sentido homenaje, que no había podido dejar de retrotraerle a sus tiempos de infancia y juventud, tan ligados a la historia de nuestro ferrocarril.
Terminado el acto, tuvo lugar una animada charla entre los presentes durante el aperitivo servido en la sala antes de su despedida.