17 de diciembre de 2024
La cocina noruega, conocida por su estrecha conexión con la naturaleza y el mar, tiene en el bacalao uno de sus ingredientes más emblemáticos.
Más que un ingrediente, es un símbolo cultural y gastronómico que une a Noruega con el resto del mundo. Su historia, tradición y sabor lo convierten en un tesoro culinario que traspasa fronteras y conecta paladares. Descubrir la riqueza de este pescado en la cocina, ya sea en un restaurante especializado o en recetas caseras, es una invitación a celebrar la unión entre la naturaleza, la tradición y el arte culinario.
En España, es posible disfrutar de este exquisito pescado en lugares especializados, como un restaurante con especialidad de bacalao Alcalá de Henares, donde los comensales pueden saborear elaboraciones que destacan por su autenticidad y homenaje a las raíces culinarias del norte de Europa. Esta fusión de tradiciones permite a los amantes de la gastronomía explorar nuevas formas de degustar este ingrediente esencial.
Tiene una historia profunda que se remonta a los tiempos de los vikingos, quienes lo secaban para crear el "klippfisk" o "stockfish", un alimento que podía conservarse durante largos viajes. A lo largo de los siglos, también se convirtió en un producto clave para el comercio, exportándose a varios países, incluidos España y Portugal, donde sigue siendo muy apreciado.
Su pesca en el mar de Barents y las regiones árticas es una actividad esencial para la economía. Además de ser una delicia gastronómica, es un ejemplo de sostenibilidad, ya que el país regula estrictamente la pesca para garantizar la conservación de los recursos marinos.
Incluye innumerables recetas que aprovechan las bondades. Entre los platos más tradicionales se encuentran:
A la Lofoten: Una receta sencilla que combina el bacalao fresco con patatas, zanahorias y cebolla en un guiso lleno de sabor.
Al estilo Bergen: Preparado con filetes de bacalao, crema y especias, este plato refleja la delicadeza de la cocina costera.
Klippfisk con mantequilla: Este plato lo utiliza seco rehidratado, servido con mantequilla derretida y acompañado de papas hervidas, una receta típica de las celebraciones locales.
No solo se consume fresco o seco, sino también ahumado, en sopas y como parte de innovaciones culinarias modernas. Su versatilidad permite que chefs noruegos y de otras partes del mundo reinventen sus presentaciones sin perder su esencia.
Destaca no solo por su sabor suave y textura firme, sino también por su calidad. Los fríos mares del norte ofrecen las condiciones ideales para su crecimiento, lo que resulta en un producto saludable, rico en proteínas, ácidos grasos omega-3 y vitaminas. Además, la pesca tradicional, combinada con prácticas modernas, garantiza que llegue fresco y en perfectas condiciones a los mercados internacionales.
En la gastronomía, tiene dos presentaciones destacadas: fresco o skrei, considerado un auténtico manjar, y el seco, conocido como tørrfisk. “El skrei es especialmente valorado por su calidad superior y solo está disponible durante un período limitado de tres meses al año, lo que lo convierte en un producto exclusivo”, comentan en Restaurante Skrei Noruego. Por su parte, el tørrfisk se caracteriza por su versatilidad, ya que puede disfrutarse directamente sin necesidad de cocción o rehidratarse para preparar guisos tradicionales.