24 de diciembre de 2024
La severidad de ciertas conductas imprudentes al volante plantea la necesidad de establecerlas como delitos. En España, el Código Penal ha incorporado desde hace varios años el concepto de delitos contra la seguridad vial. Tras la entrada en vigor de la reforma del Código Penal, y hasta el 31 de enero del 2023, la Guardia Civil ha denunciado a un total de 3.119 conductores por delitos contra la Seguridad Vial
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Los delitos de acción pública dan responsabilidad a cualquier ciudadano de efectuar la denuncia de la comisión de posibles delitos o sus autores. Como todo delito de acción pública, impone a fiscales, policías y jueces a intervenir de forma inmediata ante el conocimiento de estos. Desde un punto de vista preventivo, es más conveniente para cualquiera conocer que estas conductas se consideran como un delito que puede resultar en la pérdida de la libertad personal.
Por otra parte, encarar un proceso penal tiene como consecuencia el enfrentarse al escarnio público, ya que, ante los ojos públicos y de la ley, quien comete el delito de seguridad vial se convierte en un delincuente, teniendo una alta posibilidad de afrontar años de cárcel, así como antecedentes penales, siendo así una forma de prevención de accidentes para los ciudadanos y así que cometan infracciones de ese grado.
Los delitos contra la seguridad vial más comunes que se dan a conocer son personas detrás del volante bajo los efectos del alcohol, conductores que se negaron a realizar pruebas de detección alcohólica, conducir sin licencia de conducir por retirada o por no haberla tenido nunca, estar al volante bajo los efectos de sustancias estupefacientes y la conducción de manera temeraria.
Son pocos los conductores en España que no han recibido multas en el transcurso de su vida por no cumplir los límites de velocidad, seguido de saltarse algún semáforo o alguna señal de tránsito. Cada año, son millones de conductores los que son multados por exceso de velocidad, siendo esto un acto ilícito penado por la ley.
Por otro lado, la conducción temeraria hace referencia a la acción de conducir infringiendo las normas establecidas para el cuidado vial. Adicional a ello, la conducción con manifiesto de desprecio por la vida de otros es una conducta también interpretada como conducción homicida, que se detecta al ocasionar un riesgo concreto hacia la vida de los demás.
Así, se incluyen casos de abandono de lugar de accidente, negativa a las pruebas de alcoholemia o conducir con licencia expirada, que dan lugar a escenarios de delitos de seguridad vial que abordan los penalistas expertos.