3 de enero de 2025
El regreso al deporte tras una lesión es un proceso crítico que no solo afecta al rendimiento físico, sino también al bienestar emocional y la confianza del atleta.
La readaptación deportiva es clave y ahí es donde entra el papel del profesional en el apoyo al deportista. Un fisioterapeuta no se limita a solucionar la lesión, sino a llevar al deportista a su nivel previo de rendimiento, minimizando el riesgo de recaídas y preparándolo para las exigencias específicas de su disciplina.
En primer lugar, mediante una evaluación integral en una clínica de fisioterapia se podrá conocer la importancia de la lesión y sus efectos en la propia biomecánica. Además, se incluyen también un tipo de factores menos físicos y más psicológicos como el miedo a la recaída, la frustración por no avanzar más rápido o, incluso, las barreras para volver a competir.
En segundo lugar, cada deportista es un mundo. Conseguir una planificación personalizada con un diseño de ejercicios que vayan en progreso y que aúnen técnicas manuales, electroterapia e, incluso, hidroterapia, puede ayudar a plantear un calendario de hitos al que llegar.
Finalmente, es importante una comunicación fluida en el que el paciente explique sus sensaciones para poder identificar y corregir patrones de movimiento que, al ser incorrectos, podrían provocar nuevas lesiones o recaídas, ofreciendo así soluciones para fortalecer la recuperación.
Esguinces: habitualmente este tipo de lesiones se dan en tobillos, rodillas o muñecas y son comunes en deportes de contacto que requieren una movilización con cambios rápidos de dirección de la articulación.
Desgarros musculares: suelen tener su origen en las sobrecargas, fatiga o falta de calentamiento adecuado.
Tendinopatías típicas de deportes con saltos o carreras. Habitualmente las rotulianas y la de Aquiles son las más tratadas en las clínicas de fisioterapia.
Fracturas por estrés debido al sobreuso o a accidentes.
Lesiones del ligamento cruzado anterior (LCA) que suelen necesitar, primero, de una cirugía antes de comenzar con una prolongada rehabilitación.
“El fisioterapeuta deportivo, con su experiencia en biomecánica, recuperación y prevención, es una pieza clave en este proceso. Su intervención no solo garantiza una recuperación segura, sino que también ayuda al atleta a alcanzar niveles más altos de rendimiento, reduciendo el riesgo de lesiones futuras y potenciando su confianza” explican desde Myo Active.