
25 de marzo de 2025
Las patologías del aparato urinario en edad pediátrica abarcan un amplio espectro de condiciones que requieren atención médica especializada. Entre ellas, las malformaciones urológicas complejas representan un grupo de alteraciones congénitas o adquiridas que pueden afectar significativamente la salud y el desarrollo del paciente infantil.
El abordaje de estas afecciones combina un diagnóstico preciso, seguimiento clínico continuado y, en los casos necesarios, intervenciones quirúrgicas específicas. El Dr. Daniel Cabezalí, especialista en urología pediátrica con más de 20 años de trayectoria en centros hospitalarios de referencia en Madrid, ofrece una atención integral adaptada a cada caso.
En su consulta se evalúan y tratan tanto patologías comunes como otras más infrecuentes dentro del ámbito de las malformaciones urológicas complejas.
El tratamiento de las anomalías estructurales del aparato urinario en la infancia requiere una combinación de experiencia quirúrgica, formación especializada y tecnología mínimamente invasiva. Según el Dr. Daniel Cabezalí, entre las intervenciones más relevantes se encuentra la reparación del hipospadias, una malformación congénita que afecta tanto al sistema urinario como al órgano genital masculino.
Esta alteración se caracteriza por la localización anómala de la abertura uretral y la presencia de una curvatura del miembro masculino, lo que puede dificultar la micción normal en la infancia y afectar la función sexual en la edad adulta.
La cirugía del hipospadias se suele realizar a partir de los dos años de edad, y en ocasiones se complementa con tratamiento hormonal previo para facilitar la corrección anatómica. Esta intervención exige una planificación meticulosa que tenga en cuenta tanto los aspectos funcionales como estéticos.
Otras malformaciones complejas que requieren cirugía especializada incluyen la extrofia vesical, una anomalía en la que la vejiga se desarrolla de forma extracorpórea. Esta patología puede afectar, además, a los huesos pélvicos, el aparato digestivo y los órganos reproductores, y su tratamiento exige una serie de cirugías secuenciales para corregir las distintas alteraciones anatómicas.
La evaluación precoz de las anomalías urológicas permite establecer un plan terapéutico ajustado a la gravedad del cuadro clínico. Algunas de las patologías más habituales en la práctica urológica pediátrica incluyen la fimosis, la hidronefrosis, el reflujo vesicoureteral y la criptorquidia.
En el caso de la fimosis, cuando el prepucio no adquiere la elasticidad adecuada, pueden ser necesarias técnicas como la circuncisión o la prepucioplastia, habitualmente indicadas a partir de los dos años de edad. Para otras alteraciones, como la hidronefrosis o la estenosis pieloureteral, la laparoscopia representa una alternativa quirúrgica eficaz con mínimas cicatrices y una recuperación postoperatoria más rápida.
El abordaje de casos complejos como el megauréter obstructivo o las disfunciones vesicales requiere un seguimiento multidisciplinar y, en muchos casos, intervenciones quirúrgicas específicas. Estas actuaciones buscan preservar la función renal, mejorar la calidad de vida y evitar futuras complicaciones.
La atención integral ofrecida por el Dr. Daniel Cabezalí incluye tanto el diagnóstico clínico y por imagen como el procedimiento quirúrgico y el seguimiento postquirúrgico, asegurando un tratamiento personalizado en cada etapa del desarrollo del paciente. La combinación de técnicas quirúrgicas avanzadas, experiencia clínica y formación especializada permite ofrecer soluciones eficaces ante las malformaciones urológicas complejas que afectan a la infancia.
El compromiso con una atención de calidad, basada en el conocimiento actualizado y en la personalización del tratamiento, refuerza la importancia de contar con un especialista en urología pediátrica para este tipo de intervenciones.