
15 de abril de 2025
En un país donde más del 20% la población supera los 65 años, los centros de día se consolidan como una herramienta clave para promover el envejecimiento activo. Más que una alternativa a las residencias, cumplen una función preventiva que mejora la calidad de vida de las personas mayores y ofrece apoyo real a sus familias.
Bajo el liderazgo de Priti Sadhwani, CEO de Neurovida, esta visión centrada en la persona ha transformado el modelo de cuidados. Lejos de ser un lugar de ocio o espera, un centro de día moderno se convierte en un espacio terapéutico, emocional y social donde los mayores mantienen su autonomía, se sienten acompañados y siguen participando activamente en su vida.
La guía del IMSERSO define estos centros como recursos socioterapéuticos, que desde un enfoque biopsicosocial trabajan para que los mayores vivan en casa con seguridad y bienestar.
Y la evidencia lo respalda:
Reducción del deterioro funcional
Menor frecuencia de ingresos hospitalarios
Disminución del aislamiento y la soledad no deseada
Mejora del estado de ánimo, la autoestima y la motivación
Además, se reduce la depresión y la soledad, mientras aumenta la autoestima y el sentimiento de pertenencia.
En Neurovida, estos beneficios se viven día a día.
Con actividades como talleres de memoria, arte, música, cocina adaptada o salidas culturales, los participantes estimulan cuerpo y mente, recuperan su vitalidad, retoman rutinas y vuelven a sonreír.
Muchos familiares destacan que sus mayores están "más activos, con mejor ánimo y más ilusión", gracias a una atención cercana, profesional y humana.
El impacto positivo se extiende también a las familias.
Mientras el mayor está bien atendido, sus seres queridos pueden trabajar, descansar o reconectar con su vida personal, sin culpa ni ansiedad.
Esto previene el agotamiento emocional y mejora la convivencia en el hogar.
"Tratamos con personas, no con patologías", resume Priti Sadhwani.
Esa filosofía se respira en cada rincón de los centros Neurovida.
Cada usuario elige, participa y sigue tomando decisiones con el acompañamiento del equipo terapéutico. No son pacientes pasivos, sino protagonistas de su propio cuidado.
Neurovida ha demostrado que es posible combinar excelencia clínica con calidez humana.
Sus centros no solo previenen el deterioro cognitivo, sino que promueven la dignidad, el empoderamiento y la alegría de vivir en la vejez.
El modelo funciona, y cada vez más familias lo comprueban.
Puedes conocer más en el blog de Neurovida.
Los centros de día deben ocupar un lugar prioritario en el modelo de cuidados a mayores.
Invertir en ellos es apostar por la autonomía, la salud emocional y el bienestar colectivo.
En palabras del equipo de Neurovida:
“El mejor cuidado comienza hoy, apostando por la prevención y por el valor de cada historia de vida”.