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Dale la vuelta a la tortilla; cuando el cambio personal se convierte en acción social

21 de abril de 2025

Hay personas que no crean proyectos, sino movimientos. Que no diseñan productos, sino experiencias. Que no buscan reconocimiento, sino transformación. Ignacio Bonasa es una de ellas.

Tras una intensa trayectoria como ejecutivo de banca y empresario inmobiliario, un día decidió parar, escucharse, mirarse y hacer lo más valiente: cambiarlo todo. Dejó atrás el ruido para escuchar su verdad. Abrazó el arte como camino y al alma como destino.

Hoy, Ignacio es reseteólogo, creador de experiencias transformadoras que fusionan emoción, creatividad y propósito. Lidera iniciativas como Liderarte, con más de 50 socios artesanos, ResetéateDale la vuelta a la tortilla”, una llamada urgente a vivir con autenticidad, sanar desde dentro y convertir el dolor en vitamina para el alma.

Esta entrevista no es solo un recorrido por su vida y sus proyectos. Es una invitación a mirar hacia adentro. A parar, a recordar lo esencial y a darle la vuelta a todo aquello que ya no hace bien. El objetivo es centrarse en su proyecto más reciente y más genuino: “Dale la vuelta a la tortilla”.

Se propone un viaje emocional que no deja indiferente porque cuando alguien lidera con alma, se nota y contagia.

Entrevista a Ignacio Bonasa: “Dale la vuelta a la tortilla no es solo una frase, es una revolución emocional”

Ignacio Bonasa, el alma detrás del movimiento

Ignacio, ¿quién eres hoy? ¿Cómo te presentarías sin títulos ni etiquetas?

Soy una persona que decidió dejar de sobrevivir y empezar a vivir con propósito. Un ser humano en constante búsqueda, apasionado por el alma, la transformación y el bienestar. Me mueven las personas, la emoción, el arte y la posibilidad de ser útil en la vida de alguien. No me interesa impresionar, me interesa impactar desde lo auténtico.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional hasta llegar aquí?

Tuve tres vidas profesionales. Primero, fui ejecutivo de banca, en un mundo de trajes, cifras y estrategia. Luego, me convertí en empresario inmobiliario, gestionando propiedades y rentas. Pero fue en mi tercera etapa, como creador de procesos de desarrollo personal y bienestar, donde encontré mi verdad.

Hoy lidero proyectos que fusionan arte, alma, talento y transformación, con una mirada humana y una misión clara: generar bienestar real y sostenible.

¿Qué haces exactamente ahora? ¿Cuál es tu propósito profesional y vital?

Soy reseteólogo. Acompaño a personas, equipos y organizaciones a resetearse. A mirarse, reconfigurarse y transformarse desde dentro. He fundado Liderarte, una factoría de talento que trabaja con aprendizaje por el artecon con más de 50 socios artesanos, creyentes del modelo. He desarrollado Resetéate, una invitación a pararse a pensar para que las personas, equipos y organizaciones encuentren su propósito y he creado “Dale la vuelta a la tortilla”, mi proyecto más personal y emocional. Mi propósito es claro: ayudar a otros a convertir el dolor en vitamina para el alma. A vivir con más sentido y a liderar con alma.

¿Qué te diferencia en el mundo del desarrollo personal y organizacional?

Que no trabajo desde la teoría, sino desde la vivencia. Que no hablo de lo que leí, hablo de lo que viví. Que no vendo fórmulas mágicas, sino experiencias profundas, humanas y sostenibles. Uso el arte como herramienta pedagógica, emocional y transformadora. Creo experiencias que conectan, conmueven y cambian. Y lo hago con alma, con actitud, con acción y con mucha autenticidad.

¿Qué te hizo pasar de lo empresarial a lo esencial? ¿Qué provocó el giro?

Una crisis. Un despertar. Una necesidad vital. Descubrí que había triunfado hacia afuera, pero no hacia adentro. Que tenía mucho, pero me faltaba lo más importante: paz, sentido, coherencia. Ahí empezó mi propia revolución. Me di la vuelta. Me reinventé y decidí poner mi talento al servicio de algo más grande: las personas. Porque cuando encuentras tu verdad, no puedes volver a mirar igual.

El nacimiento y el sentido del movimiento

¿Cómo nació “Dale la vuelta a la tortilla” y qué momento personal te impulsó a crearlo?

Nació desde el alma. En un momento de ruptura interna donde todo lo externo parecía ir bien, pero yo me sentía vacío. Tenía éxito profesional, sí, pero me faltaba el propósito. Esa frase popular, “dale la vuelta a la tortilla”, empezó como un susurro personal, como un mantra interno. Y fue creciendo, convirtiéndose en un movimiento que hoy no solo me sostiene, sino que sostiene a muchas personas que también buscan sentido en medio del caos.

¿Qué representa esa frase para ti cuando la aplicas a la vida y al alma?

Significa que todo puede cambiar si tú cambias. Que no importa lo rota que esté tu historia: siempre puedes resignificarla. Es una filosofía de vida basada en el coraje, la aceptación y la acción. Es elegir ver la herida como punto de partida, no como final. Es convertir cada caída en impulso y cada dolor en vitamina para el alma.

¿Qué diferencia a este proyecto de otros caminos de desarrollo personal?

La diferencia es que esto no es una teoría ni una moda. Es una experiencia real, vivencial, profundamente humana. No trabajamos con recetas prefabricadas, sino con personas únicas. No ofrecemos contenidos, ofrecemos caminos. Aquí se vive, se llora, se ríe, se crea y se transforma, con arte, emoción y comunidad.

¿Cuál es la filosofía profunda que sostiene este movimiento?

La filosofía es clara: todos llevamos dentro una historia que merece ser escuchada, una emoción que quiere ser expresada y un alma que necesita ser abrazada. Creemos que no hay que fingir estar bien, sino atreverse a estar auténticamente como uno está. Desde ahí, nace la transformación. No es crecimiento personal, es revolución emocional.

¿Por qué usas la metáfora de “convertir el dolor en vitamina para el alma”?

Porque lo viví. Porque lo veo y porque lo acompaño cada día. El dolor bien trabajado puede ser nuestro mejor maestro. Cuando dejamos de resistirlo y lo integramos, se convierte en una fuerza poderosa. En nuestro método, no negamos el dolor: lo miramos de frente, lo expresamos con arte, lo compartimos en comunidad y lo transformamos con acción.

¿Cómo integras el arte en este proceso de cambio?

El arte es el lenguaje del alma. Pintamos emociones, representamos conflictos, escribimos verdades silenciadas, cantamos lo que no nos atrevíamos a decir. No hace falta ser artista para participar. El arte no busca técnica, busca expresión. Es el vehículo más profundo que conozco para soltar lo que pesa y abrazar lo que sana.

¿Qué papel juegan las emociones en esta metodología?

Fundamental. Las emociones no se controlan: se comprenden, se atraviesan y se integran. En “Dale la vuelta a la tortilla” creamos espacios donde sentir es seguro, donde la emoción no es una debilidad sino una brújula. Enseñamos a nombrar lo que se siente, a expresarlo sin juicio y a transformarlo en energía constructiva.

¿Y la acción? ¿Qué lugar ocupa después de sentir y expresar?

La acción es lo que transforma el insight en realidad. No sirve de nada conectar si no haces algo con eso. Por eso, acompañamos a cada persona a diseñar su propio paso siguiente. Un gesto, una decisión, una conversación pendiente, una renuncia, un comienzo. Accionar desde el alma es lo que da sentido al proceso.

¿Qué tipo de personas se acercan a este movimiento?

Personas valientes, aunque muchas no se vean así. Personas que están cansadas de sobrevivir y quieren volver a vivir. Que quieren mirar su historia con nuevos ojos. Que quieren recordar quiénes eran antes de olvidarse de sí mismas. Hay de todo: jóvenes, adultos, líderes, personas en duelo, buscadores de sentido, etc. Todos tienen en común las ganas de cambiar algo desde dentro.

¿Qué impacto concreto has visto en quienes han vivido esta experiencia?

He visto lágrimas que liberan. Abrazos que sanan. Decisiones que se postergaban hace años. Personas que se reconcilian consigo mismas, que retoman sueños dormidos, que se dan una segunda oportunidad. El verdadero cambio no siempre es visible por fuera, pero se nota en la mirada. Y esa mirada transformada no tiene precio.

La metodología, la comunidad y la experiencia

¿Cómo es una experiencia “Dale la vuelta a la tortilla” desde dentro?

Es un viaje. Un despertar. Un espacio donde las máscaras se caen y lo esencial emerge. Desde el primer momento se genera una atmósfera de confianza y conexión. No hay juicio, hay escucha. No hay teoría, hay vivencia. Se entra siendo uno y se sale siendo el mismo, pero más en paz, más auténtico y más vivo.

¿Qué herramientas concretas utilizáis en las experiencias?

Trabajamos con una metodología propia basada en las 4A:

Aprendizaje: vivencial y emocional, desde el arte.

Actitud: abierta, positiva y constructiva.

Alma: conectada con lo más profundo de ti.

Acción: movilizadora a la acción para producir resultados.

Las herramientas son artísticas, terapéuticas y simbólicas: teatro, escritura emocional, dinámicas de grupo, fotografía del alma, música, danza libre, meditación guiada y metáforas, entre otras. Todo se convierte en un espejo para verte.

¿Cómo hacéis para que cada persona viva su proceso sin sentirse forzada?

Nunca forzamos. Proponemos. Sugerimos. Acompañamos. Cada persona elige hasta dónde quiere llegar. La clave es la escucha profunda, la empatía y el respeto. Creemos que el alma sabe el ritmo que necesita. Solo hay que crear el espacio, cuidar el ambiente y confiar.

¿Qué tiene de especial este movimiento que toca tan profundamente el alma?

Su autenticidad. Su verdad. Aquí no hay "postureo". No venimos a enseñar, venimos a compartir. Hay una energía que no se puede explicar, solo vivir. Es el poder de lo colectivo, de lo artístico, de lo emocional y, sobre todo, de lo humano.

¿Qué has aprendido tú mismo como guía de este camino?

Que todos necesitamos ser vistos sin juicio. Que acompañar es más poderoso que dirigir. Que el alma no grita, pero siempre susurra. Y que liderar con alma no es solo una forma de trabajar, es una forma de vivir. Cada historia que escucho me enseña. Cada persona que se transforma me transforma también a mí.

¿Quiénes forman parte del equipo que te acompaña?

Personas con mucha alma. Somos una comunidad de facilitadores, terapeutas, artistas, formadores, coaches, músicos y actores. Todos compartimos una misma visión: provocar bienestar desde la autenticidad. Cada uno aporta su esencia, su mirada, su arte.

¿Qué papel juegan las historias personales dentro del proyecto?

Son el corazón del movimiento. Cada historia compartida se convierte en un espejo para alguien más. Cuando alguien se atreve a contar su proceso, despierta procesos en otros. Damos espacio a la voz de las cicatrices. A la belleza de lo real. Porque las historias, cuando se cuentan con el alma, transforman.

¿Qué iniciativas futuras estás preparando para expandir este movimiento?

Estamos lanzando la Comunidad oficial Dale la vuelta a la tortilla, el programa de radio, un himno musical, el libro del movimiento, las formaciones online, la red de embajadores, una conferencia impactante, y el podcast Voces con Alma. Queremos llevar esto a todas partes, sin perder su esencia emocional. Este no es un proyecto personal, es un regalo colectivo.

¿Cómo puede alguien sumarse o vivir la experiencia?

Solo tiene que escuchar esa voz interna que dice “necesito un cambio”. Desde ahí, puede escribirnos, asistir a un evento, colaborar, invitar a su organización o incluso proponer algo nuevo. Este movimiento está abierto a quien quiera mirar su vida desde otro lugar. No necesitas estar preparado. Solo dispuesto.

Si tuvieras que resumir en una sola frase el espíritu de “Dale la vuelta a la tortilla”, ¿cuál sería?

Dale la vuelta. Resetea y Lidera con alma, porque el cambio empieza en ti.

Dale la vuelta a la tortilla: del alma al movimiento

“Dale la vuelta a la tortilla” nace ahora, pero no parte de cero. Parte de la experiencia de años con Resetéate. Parte del alma. Parte del arte. Y de la certeza de que lo que conmueve, transforma. Este movimiento es una respuesta a un mundo que necesita parar, mirarse y sanar.

Muy pronto estarán operativas todas sus áreas: la Comunidad, el programa de radio, las formaciones, el podcast Voces con Alma, el libro, la Conferencia Dale la Vuelta, y el himno. Y este es solo el principio.

Esta entrevista no termina aquí. Es una invitación. Si algo dentro de quien la lee se ha movido al leerla, si alguna frase ha tocado alguna fibra, quizás ha llegado el momento de darle la vuelta a su propia tortilla.

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