
16 de mayo de 2025
En plena montaña leonesa, rodeada de naturaleza y alejada del ritmo urbano, Fadia Marín ha encontrado un nuevo modo de vivir. Fundadora del proyecto Yoga Te Transforma, esta emprendedora con pasado en el mundo empresarial ha hecho del yoga su camino personal y profesional. Su historia es un testimonio de transformación profunda tras una experiencia límite. Desde su refugio en el norte de España, comparte una visión del yoga que va más allá de la práctica física: una herramienta de vida que ha cambiado su rumbo por completo.
¿Cómo empieza tu vínculo con el yoga?
Yo vengo del mundo empresarial, estudié dirección de empresas y trabajé en grandes compañías en Londres y Madrid. También fui bailarina de ballet clásico, así que el movimiento siempre estuvo presente en mi vida. Pero todo cambió cuando, con 35 años, me diagnosticaron un cáncer. Fue un punto de inflexión. A partir de ahí, comprendí que mi vida no iba en la dirección adecuada, que necesitaba hacer cambios profundos. El yoga apareció como una forma de empezar de nuevo, de reconstruirme física y emocionalmente. Me ayudó durante el tratamiento, fue un pilar esencial.
¿Ese fue el momento en el que decides dedicarte plenamente al yoga?
Sí. Cuando terminé el tratamiento y recuperé fuerzas, tuve claro que no quería volver a mi antigua vida. Decidí cerrar todo y marcharme a la India. Al principio iba a hacer un curso de un mes para formarme como profesora de yoga, pero pronto comprendí que un mes no era suficiente. El yoga es una disciplina que se vive, que se experimenta. No es solo una técnica, es una ciencia del bienestar, del equilibrio interno. La palabra “yoga” significa unión, y eso es lo que empecé a sentir: una unión entre cuerpo, mente y alma. Cuando todo eso se alinea, el yoga cambia tu vida de verdad.
¿Qué papel juega hoy el yoga en tu día a día?
Es el centro de todo. Mi proyecto Yoga Te Transforma nació de esa experiencia y de la necesidad de compartir lo que he aprendido. Imparto clases, talleres y retiros, siempre con un enfoque integrador y adaptado a cada persona. No se trata solo de hacer posturas, sino de acompañar procesos. Porque el yoga cambia tu vida, pero lo hace desde dentro hacia fuera.
¿Qué mensaje transmitirías a quienes aún dudan en iniciarse en esta práctica?
Que lo prueben sin expectativas. Que escuchen su cuerpo, su respiración, y se permitan parar. A veces hace falta una sacudida para abrir los ojos, pero no siempre es necesario llegar al límite. El yoga está disponible para todos, en cualquier momento.
Desde la serenidad de su entorno y con una trayectoria personal marcada por la transformación, Fadia Marín encarna el espíritu de un yoga comprometido y honesto. Su experiencia confirma que, más allá de la esterilla, el yoga puede convertirse en un punto de partida para rediseñar la vida desde la consciencia.