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Contrato de alquiler industrial, todo lo que debe contemplarse en un acuerdo entre arrendador y empresa

28 de mayo de 2025

El crecimiento y consolidación de la actividad empresarial exige, en muchas ocasiones, el uso de espacios adaptados a procesos productivos, almacenamiento o logística. En este contexto, el contrato alquiler industrial se convierte en una herramienta jurídica fundamental para regular el uso de naves u otras infraestructuras por parte de compañías de diversos sectores.

A diferencia del arrendamiento de inmuebles destinados a vivienda, este tipo de contrato está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos en su vertiente no residencial, y suele incorporar cláusulas específicas que responden a las características técnicas y operativas de los espacios industriales. Ibernave, con una larga trayectoria en el ámbito del mantenimiento y explotación de instalaciones industriales, destaca la importancia de conocer en profundidad los elementos que configuran este tipo de acuerdos.

Elementos esenciales del contrato de alquiler industrial

Uno de los aspectos más relevantes del contrato es la identificación del uso específico que se dará al inmueble, lo que condiciona tanto el tipo de instalaciones requeridas como las obligaciones en materia de mantenimiento, seguridad o adecuación normativa. Las partes suelen definir con precisión el destino del local, delimitando posibles actividades y requisitos técnicos.

El plazo de duración es otro componente clave. Estos contratos suelen establecer períodos medios o largos, con posibilidad de prórroga o revisión de condiciones. También es habitual pactar periodos de carencia para facilitar la adaptación del espacio antes del inicio efectivo de la actividad.

En cuanto a la renta, se detallan no solo el importe mensual, sino también las actualizaciones previstas, los gastos asociados (suministros, seguros, impuestos) y los términos de revisión o revisión anticipada. Igualmente, el contrato incluye cláusulas sobre obras, mejoras, subrogación, indemnizaciones en caso de resolución anticipada y condiciones de devolución del inmueble al finalizar la relación contractual.

Importancia de la formalización y garantías

El contrato de alquiler industrial cumple una función esencial en la protección de los intereses de ambas partes: el arrendador asegura el uso adecuado y el rendimiento del activo, mientras que el arrendatario obtiene seguridad jurídica para desarrollar su actividad en condiciones estables. Por ello, su redacción requiere rigor técnico, atención al detalle y un conocimiento preciso del marco normativo aplicable.

La experiencia de Ibernave en operaciones vinculadas al uso y explotación de naves industriales confirma la necesidad de abordar cada contrato como una pieza estratégica dentro de cualquier proyecto empresarial. Un contrato de alquiler industrial bien estructurado contribuye a evitar conflictos, optimizar recursos y garantizar la continuidad operativa.

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