
29 de mayo de 2025
La imagen de una isla suele despertar un imaginario en el que predominan la calma, la luz envolvente y una sensación de aislamiento sereno. Formentera, con sus paisajes bañados por el Mediterráneo y su atmósfera suspendida en el tiempo, se convierte en el paradigma de este tipo de territorios. Alejada del bullicio, delimitada por un mar que actúa como frontera natural, la isla cultiva una percepción donde la autosuficiencia y el ritmo pausado conforman una forma de vida.
En este contexto, se revaloriza el concepto de refugio: un espacio que no solo ofrezca descanso, sino que se integre con el entorno y respete su esencia. Es en este marco donde adquieren pleno sentido las casas vacacionales en Formentera, en especial aquellas situadas en enclaves como Es Cap de Barbaria, uno de los rincones más emblemáticos del sur de la isla.
Can Corda reúne cinco alojamientos independientes situados en Es Cap de Barbaria, una de las zonas más tranquilas y naturales de la isla. Este conjunto de viviendas, accesibles a través de un camino asfaltado que serpentea entre sabinas y pinares, ha sido diseñado para ofrecer una estancia confortable en armonía con el entorno.
Cada una de las casas mantiene la estética tradicional mediterránea, con muros encalados o de piedra, techos de vigas de madera y tejados planos. En el interior, los espacios amplios y luminosos se han decorado con sencillez, utilizando tonos claros y materiales naturales que favorecen el descanso. Además, todas disponen de cocina equipada, salón con equipo multimedia, conexión a internet y sistema de alarma, así como piscina privada y zonas de barbacoa en las casas de mayor capacidad.
Las viviendas, denominadas Casita, Piedra, Romero, Lavanda y Santolina, ofrecen capacidades distintas, desde seis hasta ocho personas, lo que permite adaptar la estancia tanto a familias como a grupos. Su disposición semiescondida entre la vegetación proporciona privacidad, tranquilidad y vistas privilegiadas del paisaje insular.
El enclave de Es Cap de Barbaria, donde se sitúa Can Corda, destaca por su valor paisajístico y patrimonial. Muy próximo a las casas se encuentran lugares icónicos como el faro de Cap de Barbaria y la Cova Foradada, una gruta natural con vistas al mar. También es posible visitar a pie o en bicicleta la Torre Des Garroveret, una antigua construcción defensiva del siglo XVIII.
La proximidad a Cala Saona y a Sant Francesc, capital de Formentera, facilita además el acceso a zonas de baño y servicios básicos sin renunciar a la tranquilidad. Esta ubicación permite disfrutar de amaneceres espectaculares, rutas por acantilados y una amplia oferta de actividades respetuosas con el medio natural.
Can Corda apuesta por un modelo de turismo sostenible, adaptado a los ritmos de la isla, que prioriza la integración con el paisaje y la autenticidad de la experiencia. Así, sus alojamientos se han consolidado como una de las opciones más apreciadas entre quienes buscan casas vacacionales en Formentera con identidad mediterránea y entorno cuidado.