
30 de junio de 2025
La eficiencia energética se ha convertido en una prioridad estratégica para empresas, administraciones públicas y particulares. En este contexto, el nuevo sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) en España ofrece una oportunidad concreta para monetizar actuaciones de mejora en el consumo.
Esta herramienta permite transformar el ahorro energético conseguido mediante intervenciones reales en un incentivo económico directo, regulado por el sistema nacional de obligaciones de eficiencia energética. A su vez, la empresa madrileña Alromar se sitúa a la vanguardia de este modelo, gestionando de forma integral la obtención de certificados para distintos perfiles de actuación.
Los Certificados de Ahorro Energético (CAE) son documentos oficiales que acreditan un ahorro energético verificable derivado de una intervención concreta, como la sustitución de calderas, la mejora del aislamiento térmico, la renovación de equipos de climatización o la instalación de iluminación LED. Su valor económico puede ser transferido a empresas obligadas a cumplir objetivos de eficiencia energética, generando así un mercado voluntario de compraventa.
Para que un CAE tenga validez, es necesario que la actuación se ajuste a los requisitos establecidos por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, y que el ahorro esté calculado según las fichas técnicas oficiales. Aquí es donde entra el papel de un gestor especializado como Alromar, que actúa como sujeto delegado, encargándose de todo el proceso técnico, documental y administrativo. Esto permite al beneficiario final centrarse en la ejecución de la obra, mientras la empresa tramita el certificado y monetiza el ahorro en su nombre.
El sistema CAE representa una oportunidad para que comunidades de propietarios, pequeñas y medianas empresas o instalaciones industriales recuperen parte de la inversión realizada en eficiencia. Además, se incentiva la adopción de tecnologías sostenibles y se refuerza el cumplimiento de los objetivos europeos de descarbonización.
Actuaciones como el cambio de calderas por modelos de condensación, la incorporación de sensores de presencia en iluminación o la instalación de placas solares fotovoltaicas —también contempladas en el marco de las energías renovables— pueden ser objeto de certificación. El ahorro acumulado se traduce en una cantidad económica que, gestionada por empresas como Alromar, retorna al cliente como ingreso adicional.
De esta forma, los Certificados de Ahorro Energético no solo fomentan el compromiso con el medioambiente, sino que convierten cada mejora en una oportunidad tangible de retorno económico, alineando sostenibilidad y rentabilidad.