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Entrevista a José Luis, alma de Iuglandis; cuando la madera se convierte en arte irrepetible

16 de julio de 2025

José Luis es el creador de Iuglandis, un proyecto gallego que transforma la madera noble en muebles irrepetibles que combinan arte, diseño y naturaleza. Desde su taller en Lugo, crea piezas únicas que respetan la forma natural del nogal europeo y se completan con obras originales de artistas contemporáneos. Cada creación de Iuglandis es una declaración de autenticidad y belleza, pensada para personas que saben apreciar el valor de lo único.

¿Cómo nace Iuglandis? ¿Cuál fue el impulso o momento clave que te llevó a crear este proyecto?

Iuglandis nace del deseo de unir dos pasiones que me han acompañado toda la vida: la madera y el arte. Desde muy joven trabajé en carpintería, pero con el tiempo sentí la necesidad de crear algo distinto, más emocional, más libre. No quería hacer muebles convencionales. Quería contar historias con cada pieza, respetando la madera tal como es y dándole un valor artístico que la hiciera única. Así nació Iuglandis.

¿Qué representa para ti trabajar con maderas nobles como el nogal? ¿Qué te inspira de este material?

El nogal es una madera extraordinaria. Tiene fuerza, personalidad y una belleza natural que no necesita artificios. Lo que más me gusta es que cada tabla es diferente: hay vetas que parecen paisajes, colores que van del gris al marrón profundo. Trabajar con nogal es aceptar lo imprevisible y dejar que la propia materia te guíe. Me gusta pensar que no la transformo, sino que la acompaño a ser lo que ya es.

Tus piezas no solo son muebles, también son obras de arte. ¿Cómo nace esa fusión entre arte y carpintería?

Siempre he visto el mueble como una forma de expresión. Pero un día decidí dar un paso más y comenzar a colaborar con artistas plásticos. Fue entonces cuando surgió la idea de integrar obras de arte en cada pieza. No se trata de decorar, sino de crear un diálogo entre la madera y la pintura, entre la naturaleza y la creatividad humana. Así, cada mueble se convierte en una obra irrepetible.

¿Cómo es el proceso de creación de una pieza de Iuglandis, desde que eliges la madera hasta que se entrega al cliente?

Primero selecciono la madera, siempre nogal europeo, que llevo años secando de forma natural. Es un proceso lento, pero necesario para asegurar la estabilidad y el alma del material. Después, dejo que la pieza me hable: su forma, sus nudos, su historia.

No hay dos iguales. A partir de ahí, diseño el mueble respetando al máximo la silueta de la madera. Finalmente, si la obra lo pide, colaboro con un artista que añade su visión. Todo se entrega con una nuez de plata bañada en oro y un certificado de autenticidad.

Todas las piezas de Iuglandis son únicas. ¿Por qué decidiste apostar por la exclusividad en lugar de una producción más amplia o repetitiva?

Porque lo que quiero transmitir no se puede repetir. Cada pieza tiene una historia, una emoción, un alma. Producir en serie sería traicionar el espíritu de Iuglandis. Aquí no hay moldes, no hay copias. Hay tiempo, hay cuidado, hay respeto. Es un lujo que no se mide solo en dinero, sino en verdad.

En muchas obras colaboras con artistas plásticos, ¿Cómo eliges a los artistas con los que trabajas y cómo es ese proceso de colaboración?

Colaboro con artistas que entienden y respetan la filosofía de Iuglandis. Busco sensibilidad, autenticidad, y sobre todo conexión con la materia. Con algunos, como Raquel Figueiras o Lomarti, el proceso es muy orgánico. Les muestro la pieza y les dejo espacio para que interpreten lo que sienten. El resultado siempre es sorprendente, y eso es lo que lo hace mágico.

¿Qué importancia tiene para ti respetar la forma natural de la madera en el diseño de cada mueble?

Es la base de todo. Yo no quiero esconder los nudos, ni forzar la simetría. Quiero que la madera se exprese. A veces es una curva inesperada la que define todo el diseño. Es una forma de honrar la naturaleza tal como es, sin máscaras. Creo que ahí está la verdadera belleza.

¿Cómo definirías al cliente de Iuglandis? ¿Qué tipo de persona conecta con lo que haces?

Nuestros clientes son personas que buscan algo más que un mueble. Valoran el arte, la historia detrás de cada pieza y el trabajo artesanal. Suelen tener un alto poder adquisitivo, sí, pero sobre todo tienen una sensibilidad especial. No compran por tendencia, sino por emoción.

¿Qué valor crees que tiene hoy en día la artesanía frente al mueble producido en masa?

La artesanía es tiempo, es saber hacer, es alma. En un mundo donde todo va rápido y todo se repite, la artesanía es resistencia. Es volver a lo esencial. Un mueble producido en masa puede ser funcional, pero difícilmente tiene alma. Una pieza hecha a mano lleva dentro la energía de quien la creó.

En cada pieza entregáis una nuez de plata bañada en oro. ¿Qué simboliza ese gesto?

La nuez es nuestro símbolo, porque “Iuglandis” significa “nogal” en latín. Entregar una nuez bañada en oro de 18k es una forma de sellar el vínculo entre la pieza, su origen y su historia. Es un amuleto, un recordatorio de que lo que tienes entre manos no es un simple objeto: es una obra viva.

¿Cuál ha sido la pieza más especial que has creado hasta ahora y por qué?

Germinal 2.1, fue la primera pieza combinada con una pintura al óleo, y donde surgió un inicio, una idea que daría comienzo a este proyecto, de ahí su nombre, elegido con la ayuda de Raquel Figueiras, gran amiga y creadora de la pintura. 

¿Hacia dónde te gustaría que evolucionase Iuglandis en los próximos años? ¿Hay algún sueño que aún no has materializado?

Me gustaría seguir creando con libertad, sin compromisos comerciales que limiten el proceso. También quiero abrir Iuglandis al mundo, quizás con exposiciones en galerías o colaboraciones con más artistas. Y si algo sueño, es que las piezas que creo lleguen a hogares donde realmente se les dé el valor que tienen. Porque no son muebles: son fragmentos de tiempo y belleza.

Iuglandis no es una marca: es una declaración. Una forma de mirar la materia, el arte y el mundo desde lo esencial. En cada veta hay una historia, en cada pieza, un alma. José Luis recuerda que el lujo auténtico no se mide en lo que cuesta, sino en lo que permanece.

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