
1 de agosto de 2025
Las montañas que rodean el Valle de Lares guardan lagunas de color aguamarina, cascadas cristalinas y pueblos donde el quechua se escucha en cada saludo. Aquí el tiempo parece avanzar al ritmo de los telares: sin prisa y lleno de significado. El Lares Trek es mucho más que un camino a Machu Picchu; es una inmersión en los Andes centrales que combina termas relajantes, flora endémica y la calidez de comunidades que aún cultivan papas nativas en terrazas preincaicas.
Contacto humano auténtico
En comunidades como Huacahuasi, Kiswarani o Canchacancha los tejedores abren las puertas de sus casas para mostrar cómo hilvanan la lana de alpaca con tintes naturales. Compartir una taza de muña o habas recién tostadas crea lazos que trascienden el viaje físico.
Biodiversidad altoandina
El sendero atraviesa bosques de queñua, una de las especies arbóreas más altas del planeta, y laderas donde crecen las majestuosas Puyas de Raimondi, cuyas inflorescencias pueden superar los diez metros. En las alturas son frecuentes los avistamientos de cóndores, vizcachas y bandadas de gansos andinos.
Bienestar natural
Las aguas termales de Lares brotan a más de 40 °C con minerales que alivian músculos y articulaciones. El choque térmico entre la poza caliente y el aire frío de la montaña renueva la circulación y prepara el cuerpo para el ascenso al Paso del Cóndor.
Menos afluencia, más flexibilidad
A diferencia del Camino Inca, el Lares Trek no exige permisos escasos ni se ve saturado. Esto permite elegir fechas con mayor libertad y disfrutar de los paisajes sin prisas ni aglomeraciones.
Apoyo directo a las comunidades
Al contratar porteadores y comprar artesanías en los pueblos, el viajero contribuye a la economía local y fomenta la preservación de tradiciones ancestrales.
Lagunas glaciares comoQoyalay, donde el agua refleja picos nevados.
Campos de alpacas y llamas pastando entre ichu dorado.
Terrazas de cultivo de cientos de variedades de papa y quinoa, herencia milenaria de la ingeniería inca.
Cascadas secretas que se precipitan por cañones rocosos, perfectas para una ducha natural.
Cielos estrellados puros a más de 3 800 m, ideales para fotografía nocturna.
Día 1 — Cusco, Puyas de Raimondi y termas de Lares. Caminata corta hasta el campamento junto a la Laguna Azul.
Día 2 — Kiswarani y Paso del Cóndor (4 750 m), con pernocte en Canchacancha.
Día 3 — Descenso a Huaran y traslado a Aguas Calientes vía Ollantaytambo.
Día 4 — Amanecer en Machu Picchu y retorno a Cusco.
Llegar a Cusco al menos dos días antes para aclimatarse.
Llevar capas térmicas y chaqueta impermeable; el clima cambia abruptamente.
Usar bloqueador solar de gran altitud, incluso en días nublados.
Hidratarse de forma constante y probar infusiones locales para combatir el soroche.
Respetar el entorno: llevar de vuelta los residuos y evitar pisar áreas frágiles de bofedal.
Conclusión
El Lares Trek con Trekero ofrece un equilibrio perfecto entre aventura y autenticidad. Cada paso resuena con el silbido del viento en los ichus y el murmullo de las acequias incas que aún riegan los cultivos. Si se busca un camino menos transitado que nutra cuerpo, mente y corazón, Lares espera a todo el mundo con mantos de estrellas, aguas termales y sonrisas quechuas que se quedarán allí mucho después de regresar a casa.