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Herencia en pausa; el hermano que no firmaba y dejó a todos sin nada

14 de octubre de 2025

¿Quién no ha escuchado alguna vez una historia de herencias que termina en culebrón? Familias que se rompen, hermanos que no se hablan y testamentos que se convierten en un campo de batalla. Pero lo que le ocurrió a la familia López Martínez va más allá del drama habitual: una sola firma –la de un heredero "fantasma"– fue suficiente para paralizar una herencia durante más de dos años. ¿La razón? Su pasividad... o quizás, según sus hermanos, algo más premeditado.

Un padre, una casa, cuatro hermanos... y un problema

Todo comenzó cuando don Ernesto López Martínez, viudo, falleció en 2022 dejando en herencia una vivienda valorada en más de 600.000 euros y varios activos bancarios. El testamento, claro y directo, nombraba a sus cuatro hijos como únicos herederos por partes iguales. Hasta ahí, todo bien.

Pero cuando llegó el momento de formalizar la aceptación de la herencia ante notario, surgió el conflicto: Antonio, el hermano menor, decidió "tomarse su tiempo". Mientras sus hermanos, impacientes, querían vender la vivienda y repartir el dinero, él ni acudía a las reuniones ni respondía llamadas del despacho. “Nos tenía bloqueados. Sin su firma, no podíamos hacer nada”, explica Julia, la hermana mayor.

¿Puede un heredero paralizar una herencia?

Aunque parezca increíble, . En España, la aceptación de una herencia (ya sea de forma expresa o tácita) requiere que todos los herederos estén de acuerdo para firmar la escritura de aceptación y adjudicación de herencia ante notario. Si uno se niega, desaparece o simplemente no hace nada, se bloquea todo el proceso.

¿Qué hacer cuando uno se cruza de brazos?

La solución no es inmediata, pero existe: se llama división judicial de la herencia, un procedimiento recogido en la Ley de Enjuiciamiento Civil. Es el plan B cuando el acuerdo no es posible. Cualquier heredero puede acudir al juzgado para que sea el propio juez quien supervise el reparto de los bienes.

En este caso, tres de los hermanos decidieron tomar las riendas e iniciaron el proceso judicial. Tras meses de espera y trámites, el juez nombró a un contador-partidor (una figura neutral) que elaboró un inventario de los bienes y propuso un reparto equitativo. Finalmente, tras años de tensión familiar, la herencia pudo liquidarse...

En Hereditas acompañamos este tipo de procedimientos, desde la vía amistosa hasta la judicial, incluyendo la gestión completa con notarios, abogados y juzgados. Es fundamental contar con profesionales especializados que sepan cómo actuar en cada fase.

Un consejo legal (y familiar)

Los expertos recomiendan siempre intentar la vía amistosa, pero si hay un heredero que se convierte en un muro, no hay que quedarse de brazos cruzados: la justicia ofrece herramientas para desbloquear la situación, aunque no sean rápidas ni baratas.

Lo ideal es prever estas situaciones desde el testamento, nombrando un albacea o contador-partidor, pero cuando el testador no lo hace, el juzgado se convierte en la única salida.

¿Quién no ha escuchado alguna vez una historia de herencias que termina en culebrón? Familias que se rompen, hermanos que no se hablan y testamentos que se convierten en un campo de batalla. Pero lo que le ocurrió a la familia López Martínez va más allá del drama habitual: una sola firma –la de un heredero “fantasma”– fue suficiente para paralizar una herencia durante más de dos años. ¿La razón? Su pasividad… o quizás, según sus hermanos, algo más premeditado.

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