
14 de octubre de 2025
El incremento de las transacciones transfronterizas en Europa ha impulsado también el número de litigios comerciales internacionales, especialmente entre Francia y España, dos países con un intenso intercambio empresarial, industrial y de servicios. Contratos de suministro, operaciones de exportación o acuerdos de distribución son terreno fértil para los desacuerdos, y cuando surgen, las diferencias jurídicas y procedimentales entre ambos sistemas pueden complicar su resolución. En este contexto, contar con abogados especializados, como los de BCVLex, resulta esencial para garantizar una defensa eficaz y una gestión ágil del conflicto.
Las reclamaciones por impagos, incumplimientos contractuales o divergencias en la interpretación de cláusulas son algunos de los escenarios más habituales. Aunque la normativa europea —como el Reglamento (UE) 1215/2012 sobre competencia judicial y reconocimiento de resoluciones— facilita la cooperación entre tribunales, la práctica diaria muestra que los obstáculos no desaparecen. Los plazos procesales, el idioma jurídico o los usos comerciales de cada país pueden marcar la diferencia entre una reclamación exitosa y un procedimiento estancado.
Precisamente por ello, los despachos con experiencia internacional desempeñan un papel clave. BCVLex, con presencia consolidada en Francia y España, ha desarrollado un modelo de trabajo basado en la doble competencia jurídica y lingüística. Su equipo de abogados trilingües —francés, español e inglés— asiste a empresas en conflictos comerciales que traspasan fronteras, evitando errores derivados de la falta de comprensión de los procedimientos o de la normativa aplicable.
El enfoque de los abogados internacionales no se limita a traducir normativas: consiste en entender cómo se aplica el derecho comercial en la práctica diaria de cada país. Los profesionales de BCVLex combinan experiencia en reclamaciones de cantidad, impagos y conflictos contractuales con un profundo conocimiento de los tribunales y administraciones de ambos Estados.
Su intervención comienza muchas veces antes del conflicto. Asesoran en la redacción y revisión de contratos internacionales, condiciones generales de venta o cláusulas de jurisdicción, con el fin de prevenir litigios futuros. “La mayoría de los litigios comerciales internacionales podrían evitarse con una revisión previa de la ley aplicable y de la competencia judicial”, señalan desde el despacho.
En la resolución de disputas internacionales, la comunicación con el cliente es tan relevante como la estrategia legal. Las empresas necesitan entender cada fase del proceso, especialmente cuando este se desarrolla en otro país. Por ello, los equipos mixtos franco-españoles ofrecen una ventaja competitiva indudable: dominan el idioma, las costumbres jurídicas y las particularidades de ambos sistemas judiciales.
Este enfoque facilita una gestión más transparente, eficiente y previsible, con menos incertidumbre y mayor control para las empresas que operan en entornos multinacionales.
En definitiva, los litigios comerciales internacionales requieren algo más que conocimiento del derecho: demandan visión transfronteriza, precisión técnica y coordinación entre distintas jurisdicciones. Firmas como BCVLex se han consolidado como auténticos puentes jurídicos entre Francia y España, ayudando a las empresas a transformar los conflictos en oportunidades para reforzar sus relaciones comerciales.
Su experiencia demuestra que, con la estrategia adecuada, incluso un litigio puede convertirse en el punto de partida de una colaboración más sólida y segura.